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viernes 29 de marzo del 2024

La imprescindible necesidad de los acuerdos

Por Julián García, presidente de Idea Centro. 

Decimos que no es el único factor, pero si necesario, ya que la seguridad jurídica implica la confianza de los ciudadanos en el funcionamiento de las instituciones republicanas. Y uno de los requisitos esenciales para el funcionamiento de las institucionalidad es la existencia de consensos y acuerdos que impliquen el marco, la base fundamental dentro de la cual todos podemos y debemos convivir.

¿Y que es acordar? Acordar, concordar, es tirar cuerdas, lazos, en ambas direcciones. Estoy de acuerdo con alguien cuando sostengo la cuerda que me tiende, a la vez que él acepta la que yo le envío.

Acuerdo nos remite a la palabra latina corda, es decir, corazón. Por lo tanto, un acuerdo, se da en primer término entre corazones. Por lo tanto, en sí  el acuerdo está orientado hacia el bien. En un acuerdo buscamos lo mejor para todos y no sólo para algunos. Un acuerdo es inclusivo y no es fruto solo de la razón y búsqueda del beneficio individual. Un acuerdo, está orientado a un beneficio común. Cuando acordamos, nos beneficiamos todos.

Para ello, requerimos de un presupuesto básico y esa suposición, es el respeto por el otro. Por sus pensamientos. El respeto de sus valores. El respeto de las instituciones. En el caso de una nación , nuestra nación, nuestra Argentina, es el respeto de la vigencia de la Constitución Nacional.

Nuestra Constitución no es ni más ni menos que un gran acuerdo que hicieron nuestros mayores y surgió del consenso de todos, con el aporte de todos y donde hubo visiones diferentes, que se discutieron, se expusieron, se respetaron y se llegó a un acuerdo. Ese acuerdo, nuestra Constitución, sentó las bases de nuestra Nación.

Luego vinieron y cotidianamente aparecen la necesidad de consensos y/o acuerdos menores para la instrumentación y puesta en marcha de los principios constitucionales.

El Poder Legislativo es donde se discuten, donde se intercambian diferentes puntos de vista, donde se “tiran nuevas cuerdas” para buscar consensos de instrumentación, que no son nada más ni nada menos que las leyes. Y así sucesivamente aparecen los decretos, las reglamentaciones, etc, etc.

Si hiciéramos una analogía deportiva sería como hablar del reglamento o las reglas establecidas para el ejercicio de algún deporte. Y tengamos presente que para “jugar” el deporte que sea, los actores deben respetar las reglas para que el objetivo sea válido.

Por lo tanto, toda esta estructura o andamiaje de consensos y acuerdos, deben ser la base, que en los distintos niveles, logran que un grupo humano, que vive en un mismo territorio, tenga objetivos comunes, que los una y los haga una Nación.

En los aspectos económicos y políticos, se puede discutir miles formas de instrumentación, y puesta en prácticas de las gestiones necesarias para alcanzar los objetivos, pero siempre que dichos objetivos hayan sido acordados y definidos entre todos.

Una Nación fija sus acuerdos que deben ser inmanentes, también llamados políticas de Estado, y a ellos debemos sumar los acuerdos entre provincias y estado nacional, acuerdos entre las propias provincias, acuerdos sectoriales, acuerdos entre empresarios y organizaciones sindicales,etc., etc.

En definitiva, vivimos en una sociedad que necesita y requiere acuerdos para la gobernabilidad y para el logro de la convivencia. Acuerdos para el bien común, que nos permitan crecer y desarrollarnos, que logren ser inclusivos en un sentido amplio, ya sea por raza, genero, posición económica, nivel de educación. Vivir es sociedad y dado que somos gregarios requiere de consensos para el hacer y lograr los objetivos del bien común.