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viernes 19 de abril del 2024

La dura historia del facha del Mundial

Rúrík Gíslason fue una de las grandes sensaciones de Rusia 2018. El islandés entró en segundo tiempo del partido frente a Argentina, y ese momento fue un antes y un después en su vida. En cuanto se paró al lado de la línea de cal, su nombre se viralizó en las redes sociales y rápidamente comenzó a crecer el número de seguidores en su Instagram. Desde ahí, fue protagonista de portales de todo el mundo y se lo bautizó, el facha del Mundial.

Dos meses después del final de la Copa, Gíslason volvió a ser noticia, pero esta vez por su dura historia de vida. Rúrík fue protagonista de la tapa del último número de Icelandic Glamour, una revista de su país, que hasta ahora nunca había tenido a un hombre en la portada. Además de posar, el islandés contó como fue su vida cuando tuvo que dejar Islandia a los 15 años para jugar al fútbol.

«No era un buen momento. Era tan chico que tenía que vivir con una familia y ellos eran católicos devotos. Tenía una novia en ese momento y apenas podía visitarla. Regresé a Islandia como un hombre roto, física y mentalmente. Tenía un disco deslizado y había perdido la confianza en mi mismo», relató.

Además, agradeció el apoyo que le dieron sus padres para poder continuar con su carrera: «Tener una familia que te respalde y te motive para hacer lo que querés, no tiene precio. El Mundo del fútbol es muy duro y es una razón para que muchos futbolistas desarrollen ansiedad o depresión. Nunca antes había usado esto, el lado espiritual, sólo jugué al fútbol. Pero últimamente he estado concentrado en mi mismo».

FUENTE: OLE.COM.AR