El recibimiento de «Roco», el perro salchicha, no falla. El salón es amplio. El living está montado entre sillones de terciopelo rojo y verde estilo Luis XV. Maniquíes, vestidos de novia y algunos más coloridos completan el paisaje. Entrar al local de Katty transmite alegría y algunas reminiscencias al pasado.
Su empleada de años le avisa que Rosario Nuestro la espera para conversar y ella viene enseguida, tan rápido que deja la puerta del taller entreabierta. Se ven los rollos de tela y las máquinas para cortar y coser. Katty, mientras tanto, se sienta en uno de los aterciopelados aposentos y empieza a hablar.
Esta mujer, fanática de Newells Old Boys y que ya pasó los 50, cuenta que «la remó» muchos años para ganarse su lugar: desde aquel período de estudios de diseño en la Italia de sus amores (donde nació su mamá), pasando por la tienda de Elvira Bonino, hasta la fecha.
El esfuerzo en aquel pueblo de costas adriáticas y la energía positiva que destila le valieron llegar a lo más alto de la moda de las rosarinas. En sus registros de las innumerables fiestas figuran: los 15 de la hermana de Lionel Messi, el casamiento de Ángel Di María y de Maxi Rodríguez, por cuya esposa expresa cierta preferencia, aunque no lo dice.
«Es un amor de chica. Lo mismo puedo decir de toda la familia. Le hice el vestido por teléfono porque ella estaba en España. Eso demuestra que es una rosarina de pura cepa», señala la altísima rubia sobre los cercanos a la «Fiera». Y sigue con la troupe Messi, de la que menciona: «Son una familia hermosa. La mamá es divina». Lo mismo dice de los Di María, aunque no coincida con sus colores. Los recuerdos de Katty de sus novias son todos positivos, como su energía. Es que ella no sólo acompañó a las mujeres de estos famosos en los días más importantes de sus vidas, sino a una infinidad de rosarinas.
