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miercoles 24 de abril del 2024

La demanda que obligó a David Copperfield a revelar su más preciado truco de magia

David Copperfield quedó contra las cuerdas y esta vez ningún truco de magia podrá salvarlo. El ilusionista fue demandado por un británico que asistió a uno de sus shows en Las Vegas y sufrió una lesión cuando era voluntario en uno de sus actos.

Según afirma el demandante, Gaving Cox, se dislocó el hombro, luego se convirtió en un dolor crónico que finalmente derivó en una lesión cerebral. Por sus heridas, debió gastar más de 400 mil dólares en servicios médicos.

Por la demanda judicial, Copperfield se vio obligado a revelar uno de sus más preciados trucos: un número a que lo largo de su carrera participaron más de 55 mil voluntarios. Aquella fatídica noche, el espectáculo fue nombrado bajo el título Lucky 13, el ilusionista hizo subir al escenario a 13 personas (entre ellas Cox), para hacerlas desaparecer «mágicamente» y que reaparezcan en la otra punta del MGM Gran Las Vegas, detrás de las butacas de los espectadores.

Pero aquella jornada de hace cinco años algo salió mal. Chris Kenner, productor ejecutivo y amigo de Copperfield debió contar ante la justicia penal los entretelones de uno de los trucos que más ha caracterizado al famoso ilusionista.

Sus abogados lucharon para que no se revele el truco.

¿Cómo fue que pasó todo? Una vez que las personas eran perdidas de vista detrás de la cortina, los voluntarios, guiados por un asistente, debían pasar por oscuros pasadizos y pasillos velozmente, transitando por una pendiente y una zona empolvada donde había escombros de construcción. El objetivo era que le diera tiempo al ilusionista de presentarlos en el otro costado del lugar. Durante el trayecto a oscuras, Cox tropezó y se dislocó el hombro.

Su abogado defensor, Benedict Morelli acusó que el recorrido «se trató de una carrera de obstáculos» y puso en duda si el equipo de producción constató antes de seleccionar a los voluntarios, la condición física de las personas del público elegidas para formar parte del acto, o si la vestimenta y el calzado eran apropiados.

Cox realizó la demanda con el apoyo de su esposa Minh-Hahn Cox y llevó a juicio al ilusionista. Muy pronto, David Copperfield deberá comparecer ante el jurado por el hecho. La compañía de Chris Kenner, Backstage Employment and Referral Inc, también es acusada.