22°
sábado 20 de abril del 2024

La crisis desnuda cocheras menos ocupadas y cada vez más caras

El relevamiento que realizó este medio arrojó que entre la zona que abarca el Río, Pellegrini y Bv. Oroño, en mayo de 2018 la cuota mensual de una cochera rondaba entre los $2.000 y $2.200, mientras que en mayo de este año los costos oscilan entre los $2.800 y $3.200.

Por Ignacio Pellizón

Encontrar un lugar donde estacionar el auto en Rosario es un drama. Cada vez hay menos espacios en la calle y meterlo en una cochera es un presupuesto que no todos pueden o están dispuestos a afrontar. Los alquileres en el centro de la ciudad llegan hasta los $3.000 mensuales y casi $100 la hora de estacionamiento. Los aumentos en el último año llegaron a superar hasta el 30%.

El relevamiento que realizó este medio arrojó que entre la zona que abarca el Río, Pellegrini y Bv. Oroño, en mayo de 2018 la cuota mensual de una cochera rondaba entre los $2.000 y $2.200, mientras que en mayo de este año los costos oscilan entre los $2.800 y $3.200, con lo cual los aumentos interanuales superan el 30% aproximadamente.

“Uno se siente un rehén, porque si lo dejás en la calle tenés que arreglar con el trapito, que muchas veces te extorsiona, o pagar el parquímetro que sale carísimo si llegás a encontrar un espacio en la calle que, igualmente, te obliga a arreglar con un cuidacoches o la otra es en una cochera que todos los meses aumenta un poquito la hora, porque ni siquiera te cobran por minuto”, dijo a Rosario Nuestro una vecina del microcentro de Rosario.

El aumento del parque automotor está a la vista de cualquiera y la ciudad empieza a colapsarse. Para muchos es una gran “oportunidad” para las cocheras privadas porque tienen una demanda inusitada y ninguna regulación respecto al precio que pueden imponer por hora o por mes.

Entienden que mientras más autos estén esperando por una plaza, a falta de espacios en la calle, más pueden aumentar los costos las cocheras ofreciendo el mismo o peor servicio. Esta situación es motivo de grandes discusiones entre automovilistas y responsables de estacionamientos, “porque nos sentimos extorsionados en la calle y rehenes en las cocheras”, expresó la misma vecina.

Regular, una tarea pendiente

La concejala María Eugenia Schmuck impulsó en enero de 2018 un pedido al Ejecutivo para “la determinación de un tope máximo al precio, por hora, en los estacionamientos privados del centro de la ciudad”.

“Hace, desde el 2014, que hacemos relevamientos cada dos años y en el transcurso de la presente semana verificamos que las cocheras y estacionamientos, en los últimos 4 años se incrementaron casi un 190%”, había argumentado la edila.

La norma legal plantea que las cocheras y las playas de estacionamiento ubicadas en el perímetro comprendido por Alvear, avenida Pellegrini y el río son un servicio público impropio, esto es un servicio público que prestan privados como en el caso de los taxis.

“Esto implica que el Estado está facultado para aplicar las tarifas, condiciones de infraestructura y urbanísticas y lo que planteo es que usemos esa potestad, ya que no es posible que tengan el mismo precio una cochera al aire libre y otra techada o alguna que tiene parking y otra que no lo tiene. Hay que poner un rango, significando ello que haya precio mínimo y máximo que no sea mayor al del estacionamiento medido”, refirió Schmuck.

La otra campana

Según el último relevamiento de la Cámara de Estaciones de Servicio, Garages y Afines de Rosario (Cesgar), existen unas 400 cocheras privadas en la ciudad. “Cada una es independiente y maneja sus costos y elaborar sus precios, no regulamos absolutamente nada”, expresó a Rosario Nuestro el tesorero de la Cámara y referente del rubro, Oscar Liberton.

Si bien admiten que “hubo aumentos importantes en las tarifas”, también señalan que “el 70% de la actividad comercial está manejada por inquilinos, con lo cual los elementos son más claros de por qué se dan los incrementos”.

Liberton apunta a que los alquileres de las cocheras para quienes las manejan “es el mismo que sufren los que tienen que alquilar una vivienda”. Sumado a esto, también “estamos sujetos a las altas tarifas en luz y agua”, por ende “hay motivos para entender los precios”.

La crisis también golpea el negocio. “Se han perdido muchas plazas en los últimos meses”, si bien la actividad “no está en riesgo y se mantiene”, pero “inmersa en un contexto complicado y difícil para todos”. Por eso, “sería injusto que no regulen las tarifas con los alquileres que pagamos”, añadió el referente de Cesgar.

Sobre las regulaciones que el Concejo intenta impulsar, Liberton cree que “no sería justo”, porque en el último tiempo se tomaron diversas medidas que “perjudicaron el negocio”, pero “beneficiaron a la ciudad” como, por ejemplo, el doble estacionamiento en zonas estrategias a partir de ciertos horarios. Inclusive, “competimos con el cuidacoches que cobra y no ofrece ningún servicio”.

¿Y las cocheras subterráneas?

El concejal del PRO, Carlos Cardozo, miembro de la comisión de Planeamiento, cree que la solución al problema de los aumentos incesantes en las tarifas de cocheras privadas se debe a la “falta de competencia”.

“Lo que hay que hacer es promover la construcción de cocheras privadas aéreas o subterráneas o de concesión pública y, así, sumar plazas en el marco de un plan integral de tránsito”. De esta manera, “fomentar la competencia, que concluiría con los precios abusivos que son producto de la carencia de plazas que, a su vez, es por falta de política pública de tránsito”, argumentó a este medio.

En relación a posibles medidas que regulen los costos de los estacionamientos hasta que se lleve a cabo una planificación a largo plazo, Cardozo disparó: “No hay que tomar ninguna medida, porque es como sucedió en el 2001 cuando se habilitó el tránsito en el microcentro por 60 días y ya llevamos 18 años con esa habilitación, después no la podés retrotraer más”.

El conflicto entre quienes deben alquilar una cochera por no contar con un espacio en sus edificios o en la vía pública, con todos los riesgos que conlleva, está planteado desde hace mucho tiempo.

Los aumentos abusivos son un hecho y mantienen en vilo a los conductores que se encuentran entre la espada y la pared y deben aceptar las condiciones existentes a costa de obtener un servicio cada vez peor, por el sólo hecho de no tener otra opción.