Corren instancias decisivas en el juicio por la explosión de Salta 2141. Entre el miércoles y jueves declararán los últimos testigos que aportarán datos para esclarecer la tragedia más grande que enlutó a la ciudad. Adrián Gianángelo, hermano de Débora, una de las 22 víctimas fatales y miembro de la única familia querellante en el proceso, compartió sus sensaciones sobre el litigio y se mostró decepcionado con las declaraciones de algunas personas que se sentaron en el banquillo, de quienes aseguró que «no aportaron lo que tenían que aportar».
Tras reconocer que las jornadas del juicio fueron largas, Gianángelo explicó que esta semana es el turno de la producción de pruebas por parte de la defensa de los once imputados, sobre quienes pesa el delito de estrago culposo. Es decir, los empelados de Litoral Gas; los responsables de la administración del consorcio; el gasista que actuó ese día y su ayudante y otro gasista que trabajó en el lugar días antes de la explosión. Después vendrán los alegatos finales de cada una de las partes que servirán a los jueces para dictaminar la sentencia, una etapa que aún no tiene fecha confirmada, pero que es posible que se concrete a fin de mes.
«Para nosotros, cada día es una recta final porque luego de cada testigo que se presenta de la defensa nosotros tenemos que hacer un contraexamen», reveló el joven y aclaró que ello implica, para los abogados querellantes, elaborar argumentos certeros para contradecir esos testimonios.
«Siempre dije convencido que iba a hacer justicia por mi hermana. Desde el primer día que mi padre me mira y me dice ‘con esto,hijo, a morir'», agregó Gianángelo que aclaró que la familia no accedió a un arreglo económico. «Nunca vamos a desistir y menos por una plata que para nosotros es plata de la corrupción, de la desidia empresarial», apuntó, seguro de sus palabras.
«Estar ahí es muy difícil, ponerle el cuerpo, porque calle Salta nadie nos la contó, la hemos vivido» remarcó y aseguró que algunos testimonios de vecinos que vivieron ene el edificio le ‘dañan el corazón’. Sin embargo, Gianángelo se mostró decepcionado con algunos testigos que desfilaron por el Centro de Justicia Penal en los que confiaba y «no aportan la prueba que tienen que aportar». Sobre ellos, concluyó: «Dejan un sabor amargo».
