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viernes 19 de abril del 2024

Juicio a Nahir Galarza: la autopsia a Pastorizzo por dentro y el viaje de la bala asesina

Con más de 20 años como cirujano en el hospital local y un promedio de ocho autopsias realizadas por mes, el forense Marcelo María Benetti pidió ayuda, un modelo vivo. Un ordenanza del tribunal de Gualeguaychú se prestó para la demostración. Benetti había sido citado al juicio contra Nahir Galarza ayer por la mañana por los fiscales Beherán y Rondoni Caffa, fue el responsable de practicar la autopsia al cuerpo de Fernando Pastorizzo horas después de que fuese encontrado muerto junto a una calle de tierra en Gualeguaychú el 29 de diciembre pasado.

Benetti detectó dos impactos de bala en el cuerpo, ambos en el tórax, uno que ingresó de frente, el otro por la espalda, ambos con orificios de salida. La bala que ingresó por la espalda, dijo el forense, fue la que le causó la muerte de forma inmediata, un paro cardiorespiratorio combinado con un shock hipovolémico. La bala, de naturaleza «transfixiante» según el forense, no tocó hueso en su trayectoria: cruzó piel, dijo el forense, tejido muscular, le destruyó el bronquio derecho, comprometiendo así un órgano vital. El ordenanza del juzgado sirvió para demostrar: el forense lo puso de pie, señaló entre sus costillas por donde pasó cada disparo. «Séptimo paso intercostal», indicó Benetti, en su pequeña lección de anatomía. Luego, el fiscal le pidió reconocer el short y el buzo que llevaba Pastorizzo al morir.

Benetti no solo habló de heridas de bala: habló también de una serie de moretones que encontró en los miembros superiores de Pastorizzo, «lesiones de cerca de diez días de antigüedad causadas por un objeto romo.» Pastorizzo, en chats a amigos, había hablado de una supuesta golpiza que le propinaron Galarza y sus amigas. Curiosamente, el forense revisó a Nahir casi dos semanas después del hecho. Le encontró una lesión en el muslo derecho, una raspadura «y no un golpe.»

El forense también habló de «una herida en mano derecha compatible con proyectil» presente en la víctima, cubierta por «un tatuaje falso de pólvora», una marca de hollín que se quita con un simple lavado: Benetti apuntó a un impacto «de cerca de 15 centímetros de distancia» entre arma y cuerpo.

Hubo, por otra parte, un «tatuaje verdadero», un término de criminalística para señalar pequeñas excoriaciones entre negras y azuladas sobre la piel, lesiones causadas por el tiro recibido, que denotan proximidad del arma. «En este caso, un impacto de treinta centímetros», aseveró Benetti. El perito balístico Lázaro Azcué, encargado de analizar el arma, habló de una distancia no mayor a 50 centímetros en el disparo del presunto remate que Pastorizzo recibido en el suelo. Nahir, si es que tiró y tiró a matar, tiró a quemarropa.

El daño interior en el cuerpo era notable. «La tráquea y los bronquios estaban llenos de sangre, indicios de una asfixia traumática», aseguró el forense. Que Pastorizzo estuviese consciente tras el primer disparo fue una posibilidad preguntada tanto por querella como por defensa. Benetti estimó una ventana de hasta cinco minutos.

Un proyectil fue encontrado bajo el cuerpo de Pastorizzo, enterrado en la tierra a cinco centímetros de profundidad: era la bala de remate, la que ingresó por su pecho. La ruta del plomo que le costó la vida fue finalmente trazada por el comisario inspector Marcelo Omar Leonhardt, miembro de la Policía provincial, perito balístico, ex jefe de criminalística de la Departamental de Gualeguaychú, que produjo el informe de disparos que complementó a los estudios de planimetría.

Leonhardt pudo detectar donde terminó el disparo: impactó en la pared pintada de rosa de una casa a 50 metros de la escena del crimen, una trayectoria posible gracias al ángulo ascendente en que fue disparada y a que no fue obstruida por ningún hueso en su trecho dentro del cuerpo de Pastorizzo.


Otras dos peritos declararon entre el forense y el comisario inspector. Habían sido las encargadas durante la causa de testear las muestras de sangre y orina extraídas a Pastorizzo en busca de drogas y alcohol. «Se drogaba y era violento, él y sus amigos», aseguraba ayer a Infobae alguien muy cercano a Nahir. Sin embargo, ambas especialistas afirmaron que los análisis dieron negativo.

Las audiencias serán reanudadas mañana jueves por la mañana, sin la presencia de Nahir. Su defensa anunció que no regresará al tribunal luego de que amenazara con suicidarse ante la posibilidad de que se exhiba un video sexual entre ella y Pastorizzo. Los resultados de las pericias psiquiátricas a la joven serán la pieza principal.