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jueves 25 de abril del 2024

Instalar ya es ganar

Miguel Lifschitz logró instalar en la agenda mediática la reforma constitucional y los metió a todos en el barrio de la opinión y el posicionamiento. Ni Obeid, ni Binner ni Bonfatti había logrado saltar las vallas de los temas que “realmente importan”, mientras que el actual gobernador pudo atravesar los escollos. El riesgo es que no le salga, y en ese caso la caída es desde más alto.

Nadie lo creía posible. Ni el más optimista del Partido Socialista. “Está loco”, decía algunos personajes cercanos a Lifschitz cuando les decía que iba a instalar el tema de la reforma de la Constitución Provincial. Parecía imposible que en una provincia tan politizada como esta, con un esquema tripartito, desde la Legislatura y desde los votos, se lograran consensos generales para empezar a discutir los puntos para modificar la carta magna santafesina.

La mezquindad siempre está arriba de la mesa. Son cartas que se juegan habitualmente en la política y tiene que ver poner por encima intereses personales que valores generales necesarios. Tanto opositores como oficialistas, por encima del bien común de una reforma necesaria, ponen en discusión temas que tienen más que ver con su propio futuro.

El oficialismo de la mano del gobernador quiere la reelección. Saben que tienen buena imagen en las escuestas –fidedignas según las fuentes gubernamentales- y es probable que la logre si los números continúan como hasta hoy. Para eso necesita la modificación de la constitución. Por otro lado, desde la oposición concuerdan con esta visión, y por eso no quieren darle la reelección.

Desde el Partido Justicialista ven con chances a Perotti si Lifschitz no participa de la contienda provincial en 2019. Creen que puede dar el zarpazo si compite contra Corral por Cambiemos y Bonfatti en el Frente Progresista. Y los números que tiene el gobierno habla de un escenario muy parejo si se da ese escenario.

Desde el otro espacio, Cambiemos quiere tirar la pelota al año que viene para que esto tampoco suceda, y que se discuta la reforma más adelante. Saben que tanto Corral, como un candidato PRO, tienen chances de ganar no por el peso propio, sino por el sello del frente que conduce Mauricio Macri, si es que el presidente llega con buena imagen al año próximo.

Hasta acá Lifschitz ya le ganó a sus antecesores, pudiendo instalar la reforma por sobre la inseguridad, el trabajo, los servicios y los temas cotidianos y ciudadanos. No es que los demás temas quedaron a un margen, sino que tuvo la capacidad de instalar un tema más en medio de esta batería de discusiones públicas.

Y es ahí, en la capacidad de instalar un tema por fuera de la diaria, en donde el gobernador mostró su fortaleza política y de liderazgo, tanto interno del frente como por fuera del frente. Pero el riesgo también es alto: si no se le da la reforma, pagará todo el costo. La moneda está en el aire, puede salir reforma u olvido.