Jose Ellena, titular de la Cámara de Empresas Inmobiliarias confirmó este sábado en No Va Más, por Radio Mitre Rosario, lo que se siente día a día en el bolsillo de los rosarinos: la complejización del mercado inmobiliario. «La suba del dólar nos quita previsibilidad y sobre todo nos da incertidumbre tanto para el que necesita vender como para el que necesita comprar», explicó el empresario. Además, señaló que a las idas y venidas en la compra y venta de inmuebles se le suma otra arista: la preocupación frente a los alquileres.
Desde la Cámara de la Construcción argumentaron: «Hay que dejar de pensar los negocios en dólares»
«A la baja de ventas y a la suba del costo de servicios, se le suma lo difícil que es pagar un alquiler. Todo eso genera una situación muy preocupante», sostuvo Ellena. «Es una negociación permanente, como todo. Sólo que en el tema de vivienda es más preocupante, porque las paritarias pueden estar actualizándose a un 20, 24 por ciento y es una realidad que al bolsillo diario es muy poco, tanto para el dueño como el inquilino. Trataremos de unir partes y posiciones de la mejor forma».
El empresario, sin embargo, realizó una divisoria entre el alquiler de una vivienda residencial y los locales comerciales. Y en ese último punto fue optimista: Ellena sostuvo que en el sector comercial el mercado «se está recomponiendo».
Compra y venta: menos previsibilidad, más incertidumbre
José Ellena también remarcó la complejización del mercado respecto a la compra y venta de inmuebles. «La suba del dólar nos quita previsibilidad y sobre todo nos da incertidumbre tanto para el que necesita vender como para el que necesita comprar», explicó. Y agregó:»Uno de los mayores enemigos que tiene el mercado inmobiliario es la incertidumbre. Por eso, cuando se ajuste esta situación, tendremos que recomponer los precios y las condiciones en general».
«El problema es que a los compradores los bancos otorgan pesos y ellos habían firmado contratos en dólares. Hubo muchas situaciones de créditos hipotecarios que lamentablemente se han cancelado», sumó. «Y además, los desarrolladores que arrancan emprendimientos medios o grandes suelen analizar qué hacen con uno o dos años de antelación. Generalmente se proyectan con cierta seguridad y certeza. En este tiempo no se ha notado eso. Es probable que si el mercado se aquieta, se genere más condicionamiento. Si las expectativas bajan quien tiene que invertir lo va analizar».
