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viernes 29 de marzo del 2024

Hijos y ansiedad, lo que lleva a los rosarinos a terapia

Por Tatiana Pace

No tener problemas en los tiempos que corren es casi imposible. El trabajo, la plata, el desamor, la autoestima, los divorcios, la ansiedad y el estrés son apenas algunos de los asuntos más comunes que nos tocan a todos. Siempre, en algún momento de la vida, el humano debe enfrentarse a situaciones complicadas o desconocidas que lo empujan a buscar ayuda o contención emocional ante un profesional.

En Rosario existen cerca de cinco mil psicólogos. En esa cifra se encuentran diferentes tipos de profesionales, desde psicoanalistas hasta terapistas congnitivos conductuales y aquellos que se adhieren a otro tipo de corrientes psicológicas. En este campo, atravesado por la subjetividad, se encuentran coincidencias y diferencias entre los psicólogos, pero todos coinciden en pos del bienestar y la salud del paciente.

Para lograr eso, Jorge Gómez, secretario del Colegio de Psicólogos, explica que la institución tiene la función de ejercer el «poder de policía en el ejercicio de la profesión». Asegura que esa tarea es difícil por la cantidad de matriculados que existen y porque no se puede controlar lo que sucede dentro del consultorio.

Aunque en el ámbito público hubo un importante crecimiento en la demanda de psicólogos, no es posible calcular con exactitud la cantidad de rosarinos que asisten a un terapeuta ya que muchos atienden en consultorios privados y no necesariamente lo hacen por obra social. Actualmente, no hay edad que se resista a terapia y los motivos de consultas se vinculan directamente a la etapa de vida por la cual atraviesa el paciente.

Las consultas de los más pequeños se relacionan con desorientaciones de los padres respecto a las pautas de socialización de los niños, cuestiones de crianza y límites, sobre todo cuando hay mucha ansiedad o angustia por la separación de los adultos. Silvia Lampugnani, psicóloga especialista en el sector, comenta que otra de la causa más frecuente de consulta es la relación y/o dependencia de los niños con las nuevas tecnologías.

Las patologías que se convierten en síntomas físicos en el cuerpo son uno de los problemas que más preocupan a los jóvenes. Se las conoce como ataques de pánico. En su mayoría son trastornos de ansiedad o angustia que se ven escenificados, en algunos casos, en problemas físicos, de impotencia, dificultades para dormir o mucha sintomatología que los médicos van descartando con exámenes clínico.

En cuanto a las personas de la tercera edad, se registró una suba significativa de la demanda de consultas. Según los especialistas consultados, utilizan la terapia como un “trabajo de reconstrucción porque tienen mucho acumulado”. Para la psicóloga Antonella Brizio, se da principalmente cuando los hijos se independizan y abandonan el nido y también por la falta de actividades productivas, lo cual “desemboca en una angustia”. No obstante, en Rosario las consultas por depresión no son tan comunes como en otras ciudades del país.

La psicoanalista Wanda Donato comenta que existe una diferencia entre las consultas que se hacen en el sector público y el privado. “En los consultorios particulares las consultas tienen que ver con problemáticas relacionadas a la angustia, fobias o cuestiones laborales y de pareja. En cambio, en el ámbito público hay pacientes con problemas sociales y económicos”.

¿Cuándo asistir?

Los profesionales dedicados al psicoanálisis coincidieron que es recomendable dirigirse a un psicólogo cuando se está produciendo un sufrimiento propio o hacia  un tercero. Gómez, autodefinido como un psicoanalista ortodoxo, comentó que en ocasiones esto se da entre los pacientes cuando dicen “A mí no me pasa nada, pero mi mujer me está diciendo todo el tiempo que me sucede algo, que venga y consulte”. También en los casos cuando el problema que aqueja a la persona no se puede solucionar solo ni mediante una charla o consejo de algún amigo o familiar.

Los expertos aconsejaron que si no hay sufrimiento, no tiene ningún sentido la consulta. En estos casos “se convierte en una búsqueda de problemas donde quizás necesariamente no exista”, argumenta la psicóloga Natalí Siciliano. “La persona debe sentir la necesidad de dejar de sufrir o salir de una situación en particular”, precisa.

Otra de sus colegas, Brizio, explicó que para ella es recomendable hacer terapia en cualquier momento de la vida, siempre y cuando sea una elección propia. «Hay momentos en los que se dan muchos cambios, por ejemplo, en la paternidad, obviamente que nada te da la garantía pero trabajando en algunas cuestiones antes de tomar la decisión, uno puede prevenir ciertas cuestiones de uno”, sostiene.

Ir a terapia: ¿es un tabú? 

¿Quién no escuchó alguna vez decir si vas al psicólogo sos un loco? Actualmente esta idea se sigue sosteniendo pero en menor medida que en la década de los 60 o 70 en Rosario. Y está expresión suele utilizarse más en forma de chiste. Era una concepción más generacional: años atrás cuando alguien acudía a la psicología era porque se encontraba en una situación grave. Hoy, en cambio, está más incorporado y aceptado socialmente. “Se ha roto un poco eso de que uno va al psicólogo cuando está loco, al contrario. Creo que cuanto más mal este uno, menos acude a un tratamiento”, comenta Antonella.

Para Siciliano, esto está cambiando porque se entendió que es una herramienta más para el autoconocimiento y la salud. Y sostiene que «estamos en un país en el que mucha gente hace mucho terapia».

El secretario del Colegio de Psicólogos dice que este tabú se transforma más en una “modalidad de resistencia hacia algunas prácticas”, por ejemplo el psicoanálisis, sobretodo cuando tienen que ver con “trabajar en saber lo que está en uno y de eso no queremos saber nada”.

Terapias alternativas: ¿buena opción?

En una sociedad que demanda soluciones rápidas, los análisis llevan tiempo y han surgido muchas propuestas abordadas de diferentes campos. Desde el punto de vista clínico, muchos médicos coinciden en que a estas nuevas corrientes no se les debe tener mucha confianza, mientras que los psicólogos suman al cuestionamiento la fundamentación de las mismas.

Sin embargo, otros psicólogos sí están de acuerdo, siempre y cuando ayuden y sumen al bienestar del paciente y que sean herramientas válidas. Para ellos, si se comprueban los beneficios, deberían ir acompañadas de un tratamiento médico. Para Donado, nadie regula esas terapias alternativas, lo que “hace difícil saber quien las ofrece, por qué y de dónde vienen».

En esa misma línea, opinó Gómez: “La mayor efectividad que pueden tener es del orden de la sugestión, lo cual no es desechable. Aún así preocupa el contexto donde se realizan estas terapias alternativas”.