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viernes 19 de abril del 2024

«Hay una parte del fallecimiento que no está relacionada con algo natural»

Virginia Creimer, la médica forense asignada por la querella para la segunda autopsia a María de los Ángeles Paris, aseguró que se encontraron en el cuerpo numerosas lesiones más que las informadas en el primer estudio. La mujer, reconocida por su trabajo en casos de muerte por lesa humanidad o violencia institucional, dijo hoy en Radio Mitre Rosario, y a pesar de que no están los resultados de la segunda autopsia, que «hay una parte del fallecimiento que sin duda alguna no está relacionada con algo natural». Además, apuntó al trabajo del Instituto Médico Legal y el rol del Ministerio Público de la Acusación  en la investigación: «Jamás vi tantas irregularidades desde el punto de vista médico y administrativo como esta primera autopsia».

Virginia Creimer participó de la segunda autopsia al cuerpo de María de los Ángeles Paris designada por la querella. La médica forense estuvo acompañada por María Rodríguez Creimer, fotógrafa pericial, y la doctora Cristina Bustos, designada por la Corte Suprema de la Nación. Este segundo estudio fue solicitado por Erika Salazar, la hija de la docente que fue hallada muerta hace ya cinco meses en la Comisaría 10 de Rosario.

«La diferencia con la primera autopsia es la que justifica la denuncia que se realizó contra el doctor del Instituto Médico Legal que realizó ese primer estudio, Lucas Kuverling. Y es que no se agotaron los medios de diagnóstico en la primera autopsia. No fue una autopsia completa, metódica, sistemática e ilustrativa, y no se aplicaron los protocolos que deben aplicarse en los casos de muerte en custodia como el de Paris. Eso impide que no pueda realizarse un análisis certero de las causas de la muerte», explicó Creimer a una semana de la segunda autopsia.

La médica forense explicó hoy en Radio Mitre Rosario que los indicios de violencia en el cuerpo de María de los Ángeles estaban ya en la primera autopsia y no fueron tomados en cuenta en su totalidad. «Hay que remarcar que cuando Paris llega a la Comisaría no tiene lesiones, y cuando aparece muerta y esposada, sí. Eso se ve en las fotos, de mala calidad, pero fotos al fin de la primera autopsia. Y no son descriptas en su totalidad por el médico legista». La mujer aseguró que en la segunda intervención, y con la aplicación del protocolo correspondiente para casos de muerte en custodia, se encontraron numerosas lesiones más. Y descartó signos de violencia sexual.

Creimer no anunció ningún resultado concreto de la autopsia. Sin embargo, descartó la muerte por causas naturales. «Jamas podría afirmar que una persona muere por causas naturales cuando tiene múltiples lesiones que, por lo menos, se puede asegurar que son un nexo de concausalidad con su fallecimiento. Hay una parte del fallecimiento que sin duda alguna no está relacionada con algo natural».

Las instituciones del Estado, bajo la lupa

Una vez realizada la segunda autopsia a María de los Ángeles Paris, el Ministerio Público de la Acusación emitió un comunicado asegurando que ratificaban los resultados de la primera autopsia; una aseveración que después tuvo que salir a desmentir la querella. «Llama poderosamente la atención», resumió Creimer al respecto. «Yo llevo más de 20 años dedicándome al análisis de la violencia institucional y es la primera vez que veo que un Ministerio Público tiene fiscales que pueden expedirse desde el punto de vista médico, cuando sólo pueden hacerlo los médicos legistas. O se hace una usurpación de títulos y honores o se está mintiendo».

La mujer también se refirió a la presencia del médico Lucas Kuverling en la segunda autopsia. Kuverling es el legista que llevó adelante la primera autopsia y fue denunciado penalmente por la familia de Paris. El hombre no tenía permitido asistir a la intervención, sin embargo, logró acceder mediante un oficio. «Es una interesante irregularidad. Debo sacarme el sombrero frente a la defensa de Kuverling, que a último momento presentó un oficio y no nos dio tiempo para pedir amparo o medida en contra. Sabía que se atrasaría el estudio y eso habilitaría que el cuerpo siga destruyéndose por cuestiones biológicas propias de la putrefacción y haría primero que se pierdan pruebas, además que continuaría el sufrimiento de la familia». Creimer aseguró que en los años que lleva dedicándose a la medicina forense jamás vio «tantas irregularidades desde el punto de vista médico y administrativo».