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miercoles 24 de abril del 2024

Hallan los restos de un dinosaurio rionegrino que tenía alas

El increíble descubrimiento "arroja claves para esclarecer el origen evolutivo de las aves", comunicó esta semana el Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia. Se trata de un animal de más de 90 millones de años de antigüedad.

Un grupo de paleontólogos argentinos descubrieron los restos de un dinosaurio con alas de más de 90 millones de años de antigüedad en la provincia de Río Negro. Este hallazgo «arroja claves para esclarecer el origen evolutivo de las aves», comunicó esta semana el Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia (MACN).

El descubrimiento fue hecho durante el verano del 2018 por un grupo de paleontólogos, técnicos y estudiantes del Laboratorio de Anatomía Comparada y Evolución de los Vertebrados, la Fundación de Historia Natural “Félix de Azara” y CONICET dentro de lo que resultó una variada fauna de más de 90 millones de años de antigüedad ubicada a las márgenes sur del embalse Ezequiel Ramos-Mexía.

La Secretaría de Cultura, perteneciente al Ministerio de Turismo, Cultura y Deporte de Río Negro, es la autoridad de aplicación de la Ley 3041 que protege yacimientos arqueológicos y paleontológicos, y es quien otorga a los investigadores desde el área de asesoría legal los permisos de investigación.

Ilustración del dinosaurio.

Entre los fósiles encontrados había un puñado de huesos que pertenecieron a un dinosaurio totalmente nuevo. Los raptores fueron un grupo de dinosaurios carnívoros ágiles y veloces, bien conocidos por los populares Velociraptor de la saga de películas de Jurassic Park.

Los investigadores analizaron los restos del animal, y concluyeron que se trataba de una nueva especie a la que denominaron Overoraptor chimentoi en relación con el color de sus huesos y en homenaje del Dr. Nicolás Chimento quien encontró los primeros restos en el campo.

Los huesos recuperados develan que el Overoraptor fue un dinosaurio de tamaño pequeño (no habría superado el metro y medio de longitud) y de huesos excesivamente delgados y frágiles, con una extraña semejanza a los de las aves actuales. Al igual que las aves, los brazos del Overoraptor eran capaces de moverse de manera acompasada para conseguir mayor balance y precisión a semejanza de las alas de aves voladoras.