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martes 23 de abril del 2024

«Hace 15 días le quisieron incendiar la casa» dijo el hermano de la víctima

Héctor G., un mecánico de 60 años, fue hallado el domingo en su casa de Ecuador al 1300 en estado grave: desde entonces permanece en coma inducido en el Heca. Su sobrino descartó que haya sufrido un robo.

Héctor G. tiene 60 años, es mecánico y vive en barrio Belgrano. El fin de semana fue víctima de una agresión que lo dejó en coma inducido en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca), de la cual se desconocen los móviles. Si bien en un principio se barajó la hipótesis de robo, familiares revelaron que no faltaban pertenencias en la vivienda: “La verdad que no tiene nombre lo que hicieron. No sabemos por qué hicieron esto con él porque es un tipo que labura. Tiene su casa humilde y no se mete con nadie”, dijo su sobrino Eduardo.

Según indicaron fuentes policiales, el domingo pasadas las 19 una mujer que se identificó como pareja de Héctor, Gisela, llegó junto con su hijo a Ecuador al 1300, donde vive el mecánico. Al entrar, el dormitorio era un caos: el hombre yacía inconsciente y lastimado sobre la cama, tenía heridas de arma blanca en la cara y en la espalda, y había sufrido diversos golpes. Ante el panorama, llamaron al 911. En la habitación había un ropero caído y una puerta violentada, por lo que una de las hipótesis es que los agresores ingresaron por esa entrada y sorprendieron al mecánico.

Eduardo G., sobrino de Héctor, refutó que el hombre haya sido víctima de un asalto: “Ni siquiera robaron nada. Esto fue el sábado a la madrugada y recién lo encontraron el domingo a las 7 de la tarde”.

Tanto Eduardo como vecinos atribuyen la agresión al entorno de la pareja del mecánico e indicaron que la golpiza no fue el primer episodio registrado en esa vivienda: “Hace 15 días le quisieron incendiar la casa”, expuso el sobrino, para agregar: “Tengo miedo de que vuelvan a entrar”.

Héctor G. se encuentra en el Heca, en estado reservado, en coma inducido y con la asistencia de un respirador. “Perdió mucha sangre, tiene cortes en la cara y en los brazos como si se hubiese tratado de defender. Tiene moretones. Le pido a Dios que lo salve”, imploró Eduardo.

Llegó y encontró a su marido ensangrentado y su casa toda revuelta