Por Jorge Cánepa.
El Sanatorio Plaza ya tiene más de un siglo de vida.
Su edificio, el primero realizado en hormigón armado de la ciudad, fue testigo de gran parte de la historia de Rosario.
Acabo de comprobar que conserva intacto el mandato de aquellos fundadores.
Fui sometido a una operación que realizó con éxito el doctor Daniel Baetti y su equipo (aquel brillante rugbier rosarino, siempre un notable cirujano) y desde mi ingreso hasta el alta, sentí que estaba en familia, con el mismo afecto, con la misma entrega.
Sigue presente allí como directivo una eminencia de la medicina, el doctor Ricardo Cicarelli, y continúa aquel espíritu de entrega total de todo sus profesionales.
Un sanatorio de más de 100 años que sigue en la misma ruta y, acabo de comprobar, sigue siendo un orgullo de la medicina local.
Gracias Sanatorio Plaza, mi sentido agradecimiento.
