19°
martes 23 de abril del 2024

¿¡Género no tiene nada que ver con embarazo adolescente?!

Es fácil entender por qué estamos como estamos, cuando nuestros representantes muestran públicamente y libres de vergüenza, su más profunda ignorancia respecto a temas cruciales sobre los cuales hablan. Me refiero concretamente a las declaraciones del Senador Esteban Bullrich, que en un programa televisivo se refirió al debate en torno a la legalización del aborto y a la implementación de la Educación Sexual Integral en el territorio nacional.

En relación al objetivo de disminuir la cantidad de embarazos adolescentes no intencionales en Argentina, expresó: “Acá lo importante es que evitemos los embarazos no deseados, que no salen por el género, sino porque la persona – ya sea por falta de educación o falta de acceso – se queda embarazada”.

Empecemos por lo más sencillo, que sería aclararle que quienes trabajamos en Educación Sexual, hace tiempo dejamos de hablar de embarazos “no deseados” y preferimos referirnos a embarazos no intencionales, ya que en el caso de que ese embarazo no planificado llegue al término del nacimiento, el mote de “no deseado” se transforma en una impronta con la que deberá acarrear subjetivamente el sujeto naciente, y lo cierto es que más allá de las razones que hagan seguir adelante un embarazo no producido intencionalmente, esa criatura termina siendo deseada y amada por quien se ocupe de su crianza.

Pero ese es un detalle menor, casi intrascendente, frente a la inefable exasperación que me produce leer la brutal paradoja que subyace a sus palabras. En la expresión la persona se queda embarazada (por falta de educación o acceso a los recursos necesarios, aclara)claramente se puede identificar el sujeto (gramatical y epistemológico) al que se atribuye la acción (quedar embarazada)…ese sujeto, para Bullrich, es la mujer, niña o adolescente.

¿Por qué digo que además de sujeto gramatical, la mujer, es el sujeto epistemológico de su discurso? Porque el marco conceptual desde el cual parte el senador para armar la oración, es el mismísimo machismo patriarcal que él mismo  no puede registrar, claramente, porque no tiene la menor idea de qué trata la perspectiva de género. Por eso no la considera necesaria en la educación sexual, y particularmente en la prevención de embarazos no intencionales en los que, a su criterio, los varones no tienen absolutamente nada que ver.

Ignora que el embarazo se produce (en la fecundación natural) a partir del encuentro entre gametos femeninos y masculinos (óvulos y espermatozoides) para lo cual generalmente suele existir un encuentro sexual (coital, aunque no necesariamente) entre una persona de sexo biológico femenino y otra de sexo biológico masculino,independientemente de sus identidades de género autopercibidas, que intercambian fluidos corporales que finalizan en el encuentro de las células sexuales y la eventual fecundación del óvulo por parte del espermatozoide, a partir de lo cual se desarrollará un embrión humano.

Las mujeres, niñas o adolescentes, no “se quedan embarazadas” (excepto que medie una inseminación artificial, caso en el cual el embarazo es claramente intencional), sino que siempre, señor Bullrich, existe un varón que “la embaraza” y que Ud. no está responsabilizando en la “falta de educación o acceso”.

Ni siquiera está considerando, que puede ocurrir que ese varón tenga la información y el acceso a los métodos anticonceptivos, pero sin embargo no le interese, ya que de todos modos es probable en esos casos que no se haga cargo del embarazo, ni de la interrupción del embarazo si fuera el caso, ni del parto, ni de la lactancia, ni de la crianza, ni de que un Senador le atribuya alguna ínfima responsabilidad, porque al igual que el Sr. Esteban Bullrich, ese sujeto vive inmerso y no cuestiona la lógica social que presume ciertos privilegios o primacías de los varones en la circulación del poder.

Informo al senador y a quien le interese comprenderlo, que el enfoque de género es una lectura política de las relaciones entre hombres y mujeres en función de la distribución y acceso al poder, que busca alcanzar democracia en las distintas áreas de desenvolvimiento humano. El género es una categoría de análisis histórico, constructo social que implica entender lo femenino y lo masculino desde su interrelación, y no como una consecuencia directa de la biología. Los contenidos simbólicos del género incluyen la construcción social e histórica de estereotipos, expectativas de rol de género, creencias respecto a lo que significa ser mujer y ser hombre, lo cual se reproduce generación tras generación, afectando las identidades, condiciones de vida, oportunidades, relaciones y conflictos de todo orden.

El empoderamiento es un concepto sociopolítico, que va más allá de la concientización, incluyendo componentes cognitivos, psicológicos, económicos y políticos, que involucra tanto la acción colectiva como la conciencia individual para lograr transformaciones sociales. En ese sentido, la Educación Sexual Integral pretende empoderar a las niñas, adolescentes y mujeres en relación a sus Derechos Sexuales, deconstruyendo los esterotipos que como se puede apreciar en las declaraciones de Bullrich, responsabilizan por ejemplo a las mujeres de todo embarazo, o de la prevención de los mismos.

La Educación Sexual Integral con perspectiva de Género también pretende desarrollar esa conciencia en los niños, adolescentes y varones de esta sociedad, o en las infancias, adolescencias y sexualidades adultas diversas que trascienden el código binario de lo femenino y masculino. La Educación Sexual Integral no puede concebirse sino desde la perspectiva de género y el enfoque basado en derechos. Dejemos de estar en contra de lo que no conocemos por miedo y tratemos de aprender lo necesario para construir una sociedad más justa.