Por un insólito error de ortografía, hay una serie de monedas de un peso argentinas que se venden en algunos sitios de compraventa por un valor de hasta 15 mil pesos. Los ejemplares fueron realizados en 1995 en Inglaterra, y en lugar de decir “Provincias del Río de la Plata”, se lee “Provingias”, con la legra ge en lugar de la ce.
La noticia recorrió varios medios de comunicación de Argentina y algunos internacionales. Inclusive, uno podría llegar a preguntarse quién sería capaz de pagar una moneda de un peso que no tiene valor económico quince mil veces más de lo que su significado representa. Lo cierto es que este tipo de fenómenos representa un valor material muy grande para coleccionistas y aficionados en sucesos similares, como también se pueden mencionar las cuasimonedas surgidas a principios de siglo por la gran crisis del 2001, ya que, por su condición particular, se estima que son limitadas las que giran en el mercado.
Silvio Santamarina, periodista político y especialista en dinerología, explicó a Rosario Nuestro que “este fenómeno” de monedas adulteradas sin valor “es muy común en el mundo de los coleccionistas, no solo de dinero: la rareza, la anomalía, el ejemplar fuera de serie siempre cotiza alto, porque encarna el valor de lo distinto”.
En ese sentido, el especialista agregó: “Un caso reciente es el de los patacones y las cuasimonedas del 2001 en general. También se venden caros estos billetes, por su significado histórico, y mucho más por el hecho de que la inmensa mayoría de los patacones ya fueron oficialmente destruidos”.
Siguiendo con el dinero surgido en aquella época, Santamarina aseguró que “son más valoradas las que no llegaron a circular: hay series que se imprimieron, pero no fueron lanzadas finalmente al mercado. Esas rarezas son muy atractivas en los sitios de subastas”.
“El atractivo de las monedas es muy antiguo. Se considera a las monedas como uno de los grandes registros históricos de las civilizaciones pasadas: son reliquias arqueológicas al alcance de la mano. De hecho, las primeras Academias e Institutos de Historia incluían la palabra «Numismática» en sus nombres oficiales”, concluyó el periodista.
