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miercoles 01 de mayo del 2024

«Fue gente del dueño del boliche la que mató a mi hijo», afirmó el padre de Carlos Orellano

Este martes los investigadores asistieron a la discoteca de La Fluvial para establecer paso por paso lo que sucedió la madrugada de febrero cuando Bocacha fue visto por última vez. Después su cuerpo apareció flotando en el río.

A casi diez meses de la muerte de Carlos «Bocacha» Orellano, el joven de 24 años cuyo cuerpo apareció flotando en el río después de haber sido visto por última vez en un boliche en La Fluvial, este martes los investigadores llevaron adelante la reconstrucción del hecho en las inmediaciones de la disco Señor Ming de la costa central.

«Fue gente del dueño del boliche la que mató a mi hijo», afirmó Edgardo Orellano, papá de Bocacha en el marco de la reconstrucción de los acontecimientos y sostuvo que el procedimiento ayudará a echar luz sobre lo sucedido aquella madrugada de febrero de 2020. El padre de la víctima apuntó contra el local bailable: «Yo quiero ver el boliche por dentro porque hay muchas cosas que no figuraban en los planos, puertas secretas, baños que estaban ocultos». A su vez, remarcó que desea saber «quién es Guillermo Wolfin que figura como dueño de Ming» y contó que escuchó una noticia en la radio sobre el hallazgo de 177 DNI en una casa de cambio: «La mayoría figura como perdidos acá (en el boliche) y se usaron para lavar dinero del narcotráfico».

«Estoy totalmente convencido que el dueño del boliche tiene vinculación directa con la muerte de mi hijo», remarcó tras ser consultado sobre el rol del empresario y agregó: «Fue gente de él la que mató a mi hijo e intentaron hacer pasar que fue un accidente que ocurrió afuera del boliche, como la mafia ‘que parezca un accidente'».

En ese sentido, destacó que los testigos de la causa declararon haber visto a los patovicas pelear con Bocacha. «Hay testigos de muchas cosas que no puedo decir porque no las debo decir», aseveró y recalcó que a los cuatro policías imputados se añade la intervención de hombres de seguridad privada del lugar. Sobre ese punto indicó que para la querella existió encubrimiento por parte de trabajadores de la disco. «De acuerdo a los testigos también intervinieron 3 o 4 patovicas en forma directa y los demás callaron. Los empleados del boliche están encubriendo a los patovicas y a los policías. Si nadie salió a decir lo que vio es porque está encubriendo, así que vamos a pedir la imputación de todos: empleados, patovicas, el dueño del boliche».

Tarde

En tanto, Edgardo Orellano consideró que los tiempos de la investigación fueron lentos y que está convencido que la causa  estuvo cajoneada. «Llegaron tarde con todo. La audiencia tendría que haber sido hace 9 meses porque las pruebas las tienen desde el primer día, los testimonios de los patovicas están desde el primer día, los audios que nosotros escuchamos del señor Guillerm Wolfin los tienen desde el primer día», subrayó.

Orellano aseguró que unto a su familia corroboraron evidencias en forma casera. «Los peritos dijeron que no encontraron nada, que no pudieron abrir los teléfonos y nosotros los abrimos en casa. Ellos tuvieron el material siete meses y nosotros lo investigamos en crudo en casa y encontramos fotos y videos».

Finalmente, negó que las cámaras de seguridad de Ming no hayan funcionado esa noche, tal como figura en la documentación facilitada por la empresa. «Las cámaras que no andaban me filmaron a mí cuando entraba y en las actas pusieron que no andaban», cerró.