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jueves 25 de abril del 2024

Florencia es una pancarta diferente

Por Raúl "Bigote" Acosta.

En el Teatro Corrientes de Mar del Plata  se presenta “La Fiesta Inolvidable”, espectáculo de Revista encabezado por Florencia de la V. y dirigido por Horacio Sansívero y Georgina Trotta.

El programa del espectáculo numera, en orden y debajo de Florencia  a Gabo Usandivaras, Yayo, Mariquena del Prado, Nazareno Mótola, María Castillo, Georgina Trotta, Bianca Iovenitti, Yasmin Corti, Alejandra Eden, Mago Rebo, Matías Payen, Mix Grimoldi, Gonzalo Gerber, Dana Said, Francisco Arriagada, Sofía Grilanc, Alejandro Viña, Jochi Quiles.

Se tomaron en serio el género: Teatro de Revistas. Hay Capocómico, Vedette, coristas, cantantes, teloneros. Descubrir los roles es cuestión de tiempo. De aplausos. De tiempo en escena y de repercusión.

La producción invirtió en lo que se debe para que todo luzca “full/full” desde el escenario.

Hay un homenaje a figuras del espectáculo a quienes, es evidente, reverencian. Florencia hace un trabajo estupendo de fonomímica y el cuadro de Tita Merello tiene la dignidad de quien quiere a aquella, Tita, acaso el emblema de la “self made woman” argentina.

Debe insistirse en esto: no hay una Florencia excesiva, ni verborrágica, ni  superlanzada. Una “lady” campeando en el escenario.

Gabo Usandivaras obliga a re preguntarse: ¿cúal es su límite? Es visible que lo está corriendo. El crecimiento es la palabra clave de este espectáculo.

La definición que ofertan sobre el espectáculo tanto Horacio como Giorgina puede resumirse en esto: mostremos lo que somos, respetemos a los que fueron, observen hasta donde llegamos.

La Fiesta Inolvidable es Teatro de Revistas con luces, sonidos, algarabía, los cuerpos allí y ahí, en el mismo sitio, las danzas, los retruécanos y algunos viejos chascarrillos recuperados. Los cuerpos enamoran.

No puede hacerse un comentario sobre este espectáculo sin dignificar el vestuario de Florencia. Sin resaltar lo sugerido: sabemos vestirnos bien en mitad de una pasarela.

Relojería y simpleza (difícil de conseguir) resuelven el tono de una Revista que supera la media general, como en los cuadernos de los alumnos: “supero las expectativas”.

Hay, está allí, nadie lo dice pero está allí, otra historia que el 2020  la hace suya.

Florencia, Mariquena, Castillo (el tenor soprano), el mismísimo Gabo. El Género y su definición conforman el sustento de este espectáculo. Son la otra historia, el otro suceso, para buscar mas exactitud en este comentario periodístico, que simplemente eso somos, periodistas. El Género, su definición y algunas trifulcas.

No hay en “La Fiesta Inolvidable” reivindicaciones con pancartas ni juegos de politiquería mediática pero el hecho está. Quien quiere ser Felipe es Felipe y quien quiere ser María bueno, es María.

Aparece natural Florencia, Mariquena y la cantante. Tres maneras distintas de adoptar, para si, la vida que se deseó. Vamos, vamos, vamos… en ninguno de los tres casos mencionados les fue fácil la lucha por ser como querían en mitad de un mundo tan discriminatorio como injusto que no las dejaba ser, las ninguneaba, apartaba, impedía respirar. Y son tres historias bien diferentes.

Nada aparece de ese ahogo ni de aquellas injusticias. Fueron parte de su crecimiento. Por si no se entiende. El público aplaude, comparte, vive el mundo de quienes, desde el escenario ofrecen lo que tienen, lo que pueden, lo que son para ayudar a una diversión donde la risa iguala.

Es necesario detenerse en la “Dignidad del Género”. Sin hacer de lo que se vive y el cómo se vive una bandera peligrosa para una mas peligrosa pelea.

Durante todo el espectáculo estaba bailando conmigo un poema de un tipo que conocí, que sonreía en aquellos años, los últimos suyos, feliz de tantas cosas vividas, y que podía explicar mejor que yo los sucesos de un mundo que ya, en el tiempo del poema, era de asombro. Ese poema decía: “A pesar de la sala sucia y oscura/ de gentes y de lámparas luminosas,/ si quiere ver la vida color de rosa / eche veinte centavos en la ranura. /Y no ponga los ojos en esa hermosa / que frunce de promesas la boca impura. /Eche veinte centavos en la ranura / si quiere ver la vida color de rosa. /El dolor mata, amigo, la vida es dura / y ya que usted no tiene ni hogar ni esposa / si quiere ver la vida color de rosa -/ eche veinte centavos en la ranura…./…/Y no se inmute amigo, la vida es dura, /con la filosofía poco se goza./¡Si quiere ver la vida color de rosa /eche veinte centavos en la ranura!”

Viejas maquinitas con paisajes, inocentes pornos del 1920, y fotos de personajes, que se veían introduciendo una moneda en la ranura y haciendo girar la manija lateral, inspiraron este poema. Hace un Siglo. En “Paseo de Julio”. El Bajo. Alem. Como quiera llamarlo.

Se divertiría mucho Raúl con este espectáculo. Apuesto que diría la frase. Muchachas muy atrevidas… mire Usted donde han llegado… Personalmente ensayaría una respuesta: la igualdad no tiene límites Don Raúl. El asentiría. Lo creo.