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jueves 18 de abril del 2024

Filmó a tres «pungas» en pleno centro porteño y los escrachó

En dl corazón del centro porteño, una mujer, acompañada por un par de cómplices que la escoltaban, estaba tratando de meter la mano en la mochila de una señora, sin contar con la presencia de un joven que advirtió la situación.

El testigo, que circulaba en la intersección de Florida y Corrientes iba caminando con el celular en mano y filmando lo que sucedía delante suyo para impedir el cometido de los asaltantes. Alertó a la víctima y a los demás transeúntes elevando la voz e increpando a los pungas (un hombre y dos mujeres), con quienes tuvo un cruce desafiante de palabras.

El hecho ocurrió ayer alrededor de las 13. «Señora, ella la quiso robar», exclamó el joven. «Sin querer la toqué», respondió la potencial asaltante. Registrando la escena, el intercambio siguió: «Te estoy filmando, a vos, a vos y a vos», se escucha de un lado. «Tomátelas porque te digo (sic) de abuso, me estás pegando», contestan del otro. La grabación de un minuto concluyó con los acusados retirándose, amenazando con denunciar al portador del celular.

«Siempre lo dije, un día voy a escracharlos, hoy tuve la oportunidad. DUEÑOS DE LO AJENO», escribió el joven en su perfil de Facebook donde subió el material captado. Y especificó: «Todos los días están acá, son como cuatro grupos. Mujeres y hombres que por lo general están vestidos de oficinistas».

Una de los tres acusados fue interceptada por efectivos de seguridad, que la retuvieron por unos momentos. «Claro, es un delito excarcelable, entonces entran y salen (me lo dijo el Policía)», finalizó la publicación que se viralizó rápidamente, sumando comentarios de elogios y felicitaciones generales.

Los vecinos y gente que trabaja por la zona denuncian que son frecuentes los episodios de este tipo en la cercanía del lugar a plena luz del día, cuando el caudal de personas es mucho mayor.

De hecho, un usuario identificado como Martín González, aportó: «Trabajo a tres cuadras, ya los conocemos de memoria pero son un batallón y se van cambiando entre ellos los grupos. Rodean a la víctima entre cinco y abren carteras, mochilas o lo que sea. La policía es cómplice, les avisas y no hacen nada. Hace años que lo hacen».