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jueves 28 de marzo del 2024

España 6 – Sampaoli 1

Papelón, derrota histórica, baile en la «jerga» argentina, «baño» para los españoles. A esta altura, todos los adjetivos reproducibles ya se publicaron en la gran mayoría de los medios de comunicación. Dentro de ese análisis, es imposible obviar la responsabilidad del entrenador, quien con sus errores antes y durante el partido allanó el camino para que pase sin restricciones y con todas las libertades posibles la «furia española».

1. Fue inentendible el equipo inicial. No tuvo coherencia la elección de nombres, fundamentalmente la composición de la mitad de cancha. Ahí empezó a perder el partido Argentina. Mascherano y Biglia jugaron superpuestos, sin quite ni circulación, Banega se perdió entre las líneas, paseó con displicencia por el terreno y nunca encontró su lugar, mientras que Lo Celso fue desaprovechado en las bandas. No cerraba ese medio antes del partido y rápidamente España expuso las pésimas decisiones del DT.

2. Leyó otro partido y equivocó la estrategia. La idea de Sampaoli era debatir la tenencia con España, quitarle la pelota, circular lento y «pagarle con la misma moneda». Estos lineamientos se deducen desde la decisión de juntar en el medio a volantes sin cambio de ritmo y con características parecidas. Por supuesto, que el plan inicial no funcionó.  El equipo local presionó en campo argentino, forzó errores en la salida y en pocos pases llegó con mucha facilidad hasta el área de Romero primero o Caballero después.  Sin despliegue en el medio, sin velocidad arriba, España fue un equipo corto, empujado desde atrás por Pique y Ramos, que manejó el partido desde el primer minuto. Si bien fue sumamente efectivo, el seleccionado europeo doblegó a Argentina en todas las facetas y siempre marcó una notable superioridad.

3. No alcanzan las excusas. Argentina jugó sin Messi, Agüero ni Di María, de visitante y contra uno de los mejores equipos del mundo. Eso ya se sabía antes del encuentro, era un atenuante, un dato a contemplar al momento de jugar y después analizar el partido. Con el 6 a 1 consumado y la paupérrima actuación, las ausencias no son válidas para justificar tamaña «catástrofe» (Valdano dixit) deportiva. No hay 6 goles de distancia entre una y otra Selección, este  Messi o no en cancha. Por eso las falencias técnicas son tan claras y evidentes, cuando más se tenía que notar la mano del entrenador, fueron mayores los errores que se cometieron.

4. Sin muñeca ni reacción. El primer tiempo terminó con Argentina siendo superada ampliamente  en el juego pero a tan solo un gol de distancia en el resultado por el descuento de Otamendi. Sampaoli no se dio cuenta que su equipo jugaba al límite, sin marcar en el medio ni inquietar arriba contra una potencia, y dejo todo igual.  En 9 minutos, España volvió a exponer la incapacidad del DT y liquidó el pleito.  Con el resultado consumado, los ingresos de los jugadores del fútbol local fueron tardíos en algunos casos (Martínez) o inentendibles en otros (Pérez).

5. Ciclotímico, indeciso, confuso. ¿A qué juega la Argentina de Sampaoli? ¿Cuál es el equipo base?  Si la última ventana de Fifa antes de Rusia era para encontrar respuestas, el partido frente a España complicó aún más el panorama.  El desafío de jugar sin Messi contra dos selecciones de élite deja un saldo negativo. Las supuestas variantes no aparecieron y los cambios constantes y permanentes del DT ante cada compromiso provocaron una sensación de incertidumbre total. Si ya tenía el 80 por ciento de la lista definida, ahora seguramente varios de los que ya estaban adentro deberán replantearse.

6. ¿Hay algo positivo para mencionar? Sí, Messi. Por más que no haya jugado los amistosos, otra vez Messi es lo destacado. Con su ausencia, se resalta aún más su importancia. Argentina jugará el Mundial por Messi, Argentina tiene chances de pelear en Rusia por Messi y Argentina es un equipo competitivo porque lo tiene a Messi. Es redundante, pero hay que dejarlo bien claro. El 6 a 1 con España expone a un entrenador confundido y sin recursos y a un grupo de jugadores faltos de jerarquía y ambición. Pero está Messi y por eso las esperanzas, a pesar de todo, siguen vigentes.