Por una medida tomada por el Primer Ministro de Francia, Edouard Philippe, el lenguaje inclusivo no está permitido en los textos oficiales. La prohibición rige desde noviembre del año pasado y no se permiten palabras que desdobla los géneros contra el masculino genérico.
La Academia Francesa de la Lengua fue tajante sobre el tema y aseveró tiempo atrás que «por esta aberración ‘inclusiva’, la lengua francesa se encuentra ahora en peligro mortal y nuestra nación es, desde hoy, responsable ante las generaciones futuras».
En el boletín oficial, las autoridades francesas expresan el por qué de la decisión: «Más allá del respeto del formalismo propio de las actas de naturaleza jurídica, las administraciones dependientes del Estado deben adecuarse a las reglas gramaticales y sintácticas, principalmente por razones de inteligibilidad y de claridad».
En Francia sólo se acepta una única excepción: la publicación de convocatorias públicas de empleo. En ese caso si se incluye el masculino y el femenino, para evitar caer en una «preferencia de género».