Aldo Franco, ex combatiente de Malvinas y dueño de la empresa de camiones «Puerto Argentino», habló con CNN Radio en el marco del Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de las Malvinas.
«Es una jornada de reflexión. En lo personal, me hace recurrir a la memoria y me resulta imposible olvidarme el valor y patriotismo de los soldados en Malvinas. Lo más importante es eso», expresó en diálogo con Hora 10, de Francisco Olivera.
«No se llega a combatir de un momento a otro. Son 60 días de preparación constante, y uno llega al momento del combate luego de un proceso diario, de permanente fuego de artillería aéreo y naval. En un momento llegas a enfrentarte a 200 o 300 metros con el fusilero, el soldado que está del otro lado», relató Franco.
El ex combatiente habló sobre lo que ocurre dentro del campo. «Te estás defendiendo cuando tirás. No sentís bronca, y menos aún odio. Sos un soldado que defendés a tu patria, y sentís miedo. Si sintieras bronca serías un matador, no un soldado. El soldado está configurado con un montón de cosas, pero solo defiende su patria, su terreno. Tal es así que terminada la guerra, yo estuve con la persona que fue el radiooperador que fue de la compañía que me atacó, y no hubo ningún tipo de problema», relató.
También contó que «el proceso de posguerra es igual en casi todos lados. Los primeros años hay mucha ebullición, un proceso de adaptación a la vida normal. En lo personal, al principio me ayudó mucho aprender de mis soldados. Viste cuando te hablan del patriotismo, el valor, la camaradería… Bueno, estas frases hechas yo las viví. Viví lo que era el ‘dejá, no vayas vos que tenés novia, voy yo que no tengo a nadie’. O que haya un caramelo y se reparta entre cuatro. Es un ‘me quedo con vos hasta el último momento'».
«El veterano es una institución. En Argentina, el proceso de 30 o 40 años, nos llevó a sentir que somos una institución. El veterano quiere el reconocimiento de la gente común. La guerra de Malvinas es el único acontecimiento histórico del país que sirvió para unir a los argentinos, más allá de todas las diferencias políticas. En el tema de Malvinas, en lo íntimo, no hay grieta. Y eso es increíble.», explicó Franco.
Además, relató una particularidad: «Cuando volví de Malvinas agradecí algunas de las cartas que me habían mandado. Me acordé de las personas que me habían escrito. Y a una de esas personas que le agradecí, hoy es mi mujer desde hace 40 años, y es la madre de mis hijos».
«Me parece totalmente detestable cuando dicen ‘los chicos de la guerra’. Fueron jóvenes de 18 años, como también ocurrió con los ingleses. Y volvieron adultos. Eso es un cambio fundamental. Se va parte de tu juventud, pero creo que uno vuelve mejor», cerró.
