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viernes 29 de marzo del 2024

El Potro

Argentina 2018 – 106 min – Drama / Biográfica
Dirección: Lorena Muñoz
Elenco: Rodrigo Romero, Florencia Peña, Jimena Barón, Fernán Mirás, Daniel Aráoz, Malena Sánchez, Diego Cremonesi, Marcela Baños.
Crítica: Regular

Uno de los últimos fenómenos de masas que dio nuestro país se llamaba Rodrigo Bueno, le decían el Potro y en tan solo 27 años dejó una huella imborrable en el cancionero popular, generando pasiones que movilizaron multitudes que aún lo siguen bailando y manteniendo vigente a pesar de la muerte y el paso del tiempo. Son casos excepcionales, que cada tanto ocurren y sin tener demasiada lógica y explicación convierten en diamante a un pedazo de carbón.

Lorena Muñoz nos había deleitado en su anterior biopic sobre la vida de Gilda, logrando una película que apasionaba por igual a los amantes del cine y los de la ídola. Quizás este antecedente que dejó la vara tan alta juega en contra en esta nueva aventura para quien se está transformando en una “especialista” en materia de narrar historias de quienes despiertan pasiones en las multitudes.

Más allá de algunas buenas actuaciones, el gran parecido del protagonista y una edición de sonido de gran nivel en esta oportunidad nunca se llegan a colmar las expectativas -generadas por la jerarquía de quien encabezaba tan ambicioso proyecto- entrando por momentos en una llanura argumental para esta historia cargada de estereotipos, sin ninguna apuesta o riesgo para profundizar el costado dramático. La trágica vida de los ídolos de la música popular, la explotación y las giras interminables, las malas compañías. O sea, nada nuevo.

Haciendo una comparación burda, si se me permite, “El potro” me hizo acordar cuando nos daban libros de 300 hojas en la universidad y después de marcarlos con lápices flúo obteníamos un resumen de 5 hojas que explicaba la esencia del mismo.

Un adolescente inquieto y rebelde con intenciones de ser cantante. Una madre sobreprotectora y un padre que, al pertenecer al mundo de la música y el espectáculo, no desea para su hijo una vida de estrella pero, atrapado por el contexto, decide dar el paso inicial para que la promesa se convierta en realidad. Y es quizás el papel del padre de Rodrigo en la piel de Daniel Araoz la actuación mejor lograda. Seguramente porque es el personaje en cuestión menos conocido por el público que con otros integrantes del elenco pondrá a prueba su memoria, ya que distan mucho del recuerdo reciente.

Por ejemplo con Florencia Peña, en el papel de su mamá, a quien todos recordábamos cómo una mujer mucho más histriónica, polémica y combativa que como la madre babosa, sumisa y comprensiva que nos muestra la directora. Ni hablar de su representante, Pepe Gozalo, configurado en el papel de “El Oso” por Fernan Mirás que más allá de su destacada performance es presentado más cerca de un sabio consejero al estilo Sr. Miyagi de Karate Kid que la figura cuasi mafiosa simil al Tony Soprano de James Gandolfini que todos teníamos presente del -supuéstamente- “oscuro” mánager, pertenenciente a un mundo tan peligroso como cuestionado y desconocido.

Obvio que a la trama no le faltan las mujeres que pasaron por su vida, la relación con su hijo, el coqueteo con las drogas, los excesos y las noches de interminables giras y orgías. Como con tantos otros casos de ídolos populares, el de Rodrigo tuvo también su trágico final. Es precisamente ahí, en los últimos instantes de vida, donde aparecen los mejores recursos de la directora y obtiene a mi criterio la escena mejor lograda de la película en su forma de mostrar el accidente que produjo el desenlace fatal.

El fanático encontrará goce en la seguidilla de canciones, que cronológicamente tratan de llevar la historia con el paso del tiempo. Es más, quizás Rodrigo Romero sea una versión mejorada en la interpretación de las mismas. También verá un resumen demasiado superficial de una carrera tan vertiginosa como avasallante, que de un día para el otro llevo a un pibe de Córdoba que cantaba canciones melódicas a convertirse en uno de los referentes del cuarteto cordobés, que despertó pasiones y termino su vida demasiado pronto.