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jueves 25 de abril del 2024

El helicóptero Ingenuity de la NASA voló por primera vez en Marte

Los controladores de vuelo en California confirmaron el breve salto de Ingenuity después de recibir datos a través del Perseverance, que estaba a más de 65 metros de distancia.

El helicóptero de la NASA en Marte se elevó desde la superficie roja al aire logrando el primer vuelo controlado y con motor en otro planeta. El hecho fue tomado como un triunfo y comparado con la hazaña lograda por los hermanos Wright. El mini helicóptero de 4 libras (1,8 kilogramos) llamado Ingenuity, de hecho, llevaba un poco de tela de ala del Wright Flyer de 1903, que hizo una historia similar en Kitty Hawk, Carolina del Norte.

“Ahora podemos decir que los seres humanos han volado un helicóptero en otro planeta”, anunció la directora del proyecto MiMi Aung a su equipo. “Los datos del altímetro confirman que Ingenuity ha realizado el primer vuelo de un aparato propulsado en otro planeta”, anunció un ingeniero del Laboratorio de Propulsión a Reacción mientras la sala de control de la agencia aeroespacial vitoreaba.

Los controladores de vuelo en California confirmaron el breve salto de Ingenuity después de recibir datos a través del Perseverance, que estaba a más de 65 metros de distancia. Ingenuity viajó a Marte en Perseverance, aferrado a la panza del rover cuando llegaron a un antiguo delta de un río en febrero.

El vuelo representaba un verdadero desafío para los ingenieros de la NASA porque el aire marciano tiene una densidad equivalente a solo 1% del de la atmósfera terrestre. Ingenuity debió que hacer girar sus palas de rotor mucho más rápido de lo que lo haría un helicóptero en la Tierra para volar.

La energía necesaria para volar se basó en una batería de litio que se recargará con un panel solar fijo situado encima de la cruceta. Una cámara de fotos de alta resolución y otra para navegación van dentro de un cubo de 14×14 centímetros que dispone de un sistema de calefacción para contrarrestar las gélidas temperaturas de las noches marcianas, que pueden llegar a -100 grados centígrados, entre otras adaptaciones al ambiente.