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viernes 29 de marzo del 2024

El fin de año y la importancia de una actitud positiva

El estrés es el estado de alerta que implica una situación psicofísica adecuada para estar a la altura de las exigencias del medio ambiente. El estrés no es malo en sí mismo, es importante como mecanismo de adaptación. Lo que no es saludable, es sostener el estado de estrés de forma crónica.

Entendiendo también que el medio ambiente más cercano son nuestros propios pensamientos, podemos generarnos con nuestra forma de pensar un medio ambiente de gran alerta.

El cansancio y agotamiento provienen de un segundo momento del estrés en el cual ya puedo relajarme y mi cuerpo repara proporcionalmente la exigencia física con cansancio para poder detenernos. Nuestras propias exigencias, y los eventos de fin de año, las mismas vacaciones, nos mueven a estar a la altura de las circunstancias. Por supuesto que es una construcción social y como tal, nos dispara un estado de alerta y de estrés para responder a las exigencias de nuestro entorno sociocultural.

La forma en que pensamos y percibimos la vida, puede estresarnos más, que la realidad en sí misma. La necesidad de control, de expectativas, de demostrar que soy capaz, pueden ser autoexigencias que sólo me generen agotamiento y malestar.

Hacer una lista de prioridades de tareas y por sobre todo, volver a pensar si es tan importante llevar a cabo ese punto de mi listado. Evalúo los compromisos adquiridos y también escucho en coherencia con mi biología el cansancio y aprendo a decir que no.

¿Cuánto de nuestra supervivencia se juega en llegar a hacer todo lo que tengo que hacer? Podemos priorizar los objetivos, evaluarlos con plena conciencia, ¿Debo cumplir o quiero cumplir?

Detenerme a pensar unos minutos, He llegado hasta acá, por decisión propia, ahora puedo elegir también, cómo quiero seguir.

Este momento del año, es una oportunidad de parar y observar. Tiene un sentido profundamente humano de dar una significación a lo vivido dentro de un marco más amplio. En medio de la vorágine, darme un instante para reflexionar acerca de lo vivido, colabora a integrar la pura vivencia como experiencia.

Mas que evaluar objetivos alcanzados, sugiero un balance que me permita observar a lo largo del año todas las oportunidades que me permití tomar para conocer nuevos potenciales propios. El balance siempre dará en positivo: estoy vivo y he llegado hasta aquí y lo hice muy bien.