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jueves 25 de abril del 2024

El diagnóstico en la hernia de disco

Un disco intervertebral se compone de un anillo externo, fibroso, y una parte blanda central.  El disco en sí recibe alimentación a través del movimiento de las vértebras por encima y por debajo de ella, el movimiento de «aplastar” hace que  la sangre y los fluidos  pasen a través del disco.  Si este movimiento no se produce, el anillo exterior puede secarse y se deteriorara, haciendo  que  la parte blanda del disco salga.  Esto es lo que comúnmente se conoce como una hernia de disco.

Ahora, si el disco solo se abulta, estamos en presencia de una protrusión discal? ¿se entiende la diferencia, no? Siempre doy el ejemplo de una galletita rellena: si Ud. aprieta las dos tapitas se abulta el relleno, esto es protrusión, pero si el apretar es más firme, el contenido sale, esto es hernia.

La severidad clínica de uno u otro cuadro también es muy diferente.  No todos los discos herniados pueden causar dolor o incomodidad, es cuando el bulto ejerce presión sobre el nervio espinal que aparece el dolor, o una reacción inflamatoria.  Por eso es muy importante tener una comprensión completa de lo que está causando el cuadro.

Otro término importante a entender en el diagnóstico de una hernia de disco es la subluxación vertebral. Subluxación es cuando uno o más de los huesos de la columna (vértebras) se mueven de su posición, creando una presión en los nervios espinales;  esta presión o irritación en los nervios hace que éstos no funcionen correctamente e interfiere con las señales que viajan por ellos, originando como consecuencia que funcionemos mal; es como que al estar regando la vereda alguien viene y nos pisa la manguera , sale agua pero en menor calidad, imagínese el daño en el tiempo que esta compresión radicular puede ocasionar y sin embargo andamos, mal, pero andamos.

Los síntomas pueden ser uno o más de los siguientes:

  • Dolor que se extiende sobre las nalgas, la parte posterior de un muslo, y en la pantorrilla.
  • Dolor que puede ser en una pierna (más común) o en ambas piernas.
  • Sensación de entumecimiento, hormigueo o debilidad en las piernas o los pies.
  • Sensación de entumecimiento, hormigueo o debilidad en uno o ambos brazos.
  • En casos severos, la incapacidad para encontrar comodidad, incluso al recostarse.
  • Dolor repentino o cuello torcido que no puede enderezarse sin un serio dolor.
  • Trastornos intestinales o en la vejiga, cambios y / o entumecimiento en la ingle.

Cuidados

Todos estos dolores son como consecuencia de que el paciente está funcionando mal, sus nervios están irritados o comprimidos, ¿qué hacer? ¿Seguimos invadiendo nuestro cuerpo con analgésicos o realmente vamos a buscar una solución concreta del problema?

Por otro lado si entendemos que un nervio esta comprimido, básicamente es un problema mecánico, se necesita una solución mecánica que descomprima el problema, yo no tapo el dolor,  por taparlo es que sigo así, el dolor me avisa que algo no anda bien, el tema es encontrar lo que la causa que lo está haciendo funcionar mal. En esto tan simple consiste el arte del Quiropráctico.

Debido a que  una cirugía de espalda es muy invasiva, y porque la cirugía no ofrece un éxito total en la corrección del problema, sería prudente buscar los servicios de un Quiropráctico en primer lugar; hace ya algunos años que la OMS aconseja no hacer  uso de métodos invasivos, ya que al principio parecieran solucionar el problema pero en realidad se lo traslada para más adelante. Antes de recurrir a un abordaje quirúrgico, sólo tiene sentido intentar un procedimiento más conservador.

Un Quiropráctico está entrenado para localizar las subluxaciones, y reducir o corregirlas.  Esto se puede lograr a través de una serie de ajustes quiroprácticos para corregir las subluxaciones vertebrales.

El diagnóstico precoz  y un cuidado conservador es la mejor manera de empezar a corregir el  sufrimiento de una hernia de disco.  El enfoque de la Quiropráctica es una excelente opción  para aliviar y mejorar la calidad de vida.