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jueves 25 de abril del 2024

El Desayuno en los niños

De acuerdo con la Asociación Argentina de Dietistas y Nutricionistas Dietistas (AADYND) el 3,3 % de los niños argentinos de entre 6 y 9 años no realizan el desayuno.  Esto se acentúa a medida que crecen, ya que entre los 10 y 17 años este valor asciende al 6,3%.

Los especialistas afirman que las razones son variadas siendo las más comunes la falta de tiempo o apetito durante la mañana.

La licenciada en Nutrición Mariana Patrón Farías sostiene que “frente a esta situación, los adultos tenemos una responsabilidad muy importante que es la de brindar el ejemplo a los niños. No podemos esperar que ellos se sienten en la mesa y dediquen tiempo al desayuno si nosotros mismos no tenemos este buen hábito”.

Un estudio publicado en la revista Eating Behaviours explica que un desayuno con la presencia de huevos, salvado de avena o jamón conforma un menú excelente, sobre todo para los más pequeños, evitando que a la hora del almuerzo tomen calorías de más y previniendo así la obesidad.

Los investigadores llevaron a cabo un experimento con 40 niños de unos 8 y 10 años de edad, todos ellos con peso saludable, a los que dividieron en grupos para que tomaran distintos tipos de desayuno cada día.

El total de calorías de cada uno de los desayunos fue de 350. Una vez tomado el desayuno, los pequeños jugaban junto con los expertos para simular la actividad de un día normal.

Más tarde, les dieron el almuerzo. Mientras tanto, se preguntaba a los niños si tenían hambre o cuánto serían capaces de comer en este momento en el caso de tener hambre. Esta prueba duró tres días.

El experimento concluyó tres años después, con un seguimiento por parte de los padres, en lugar de los investigadores.

Los resultados revelaron que aquellos niños que habían ingerido un desayuno rico en proteínas (sobre todo el que incluía huevos), disminuyeron su ingesta de energía a la hora del almuerzo hasta en 70 calorías.

Según la licenciada Mariana Patrón Farías un desayuno completo y adecuado es aquel que cubre un 15-20% del requerimiento energético diario.

Por esto, se necesitan alimentos que aporten energía a partir de los hidratos de carbono presentes: cereales para el desayuno (copos, avena, granola, almohaditas, maíz inflado, etc.), panes, tostadas, galletitas y también las frutas, siendo la banana la que más energía brinda (y una de las preferidas de los chicos). En la elección es importante priorizar los alimentos integrales, con agregado de salvado y/o semillas para incrementar la fibra alimentaria y brindar más saciedad”, explica Farías.

El agregado de azúcar, cacao azucarado, dulces, mermeladas, jugos envasados, manteca, galletitas dulces, cereales azucarados o productos de panadería debe ser moderado.

Los padres podemos enseñarles a los niños a medir la porción de estos alimentos y de esta forma lograr que crezcan con la habilidad de saber comer de todo en la porción justa”, agrega la licenciada.

Algunas opciones para sugerir a los niños:

– 1 vaso de leche. 1 rebanada de pan integral untada con queso blanco y banana pisada.

– 1 pote de yogur, con ½ taza de copos de maíz, almohaditas de avena o granola y 1 fruta en trozos.

– 1 rebanada de melón con un sándwich de queso port salut y tomate.

– 1 vaso de leche chocolatada (1 a 2 cucharaditas de cacao y/o azúcar). Pan o galletitas integrales untadas con mermelada de frutilla y agregar como toping frutillas frescas.

– 1 pote de yogur. Tortillita de banana y avena (pisar una banana pequeña, agregar un huevo revuelto y 2 cucharadas de avena tradicional; (esencia de vainilla o canela de forma opcional).

– 1 huevo revuelto sobre una tostada de pan lactal, un vaso de leche o yogur y un bowl de frutas de estación.

– Panqueque (con harina de trigo integral) relleno con puré de manzana y nueces. 1 vaso de leche o yogur.