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jueves 25 de abril del 2024

Durante 2018 cayeron el consumo y las exportaciones de indumentaria

Las exportaciones de indumentaria cerrarán 2018 en unos 22 millones de dólares, cinco veces menos que el nivel alcanzado en 2012, cuando acumularon 110 millones de la misma moneda, de acuerdo con un informe difundido hoy por la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI).

Según la entidad empresarial, la crisis que sufre ese sector «impactó negativamente en las ventas al exterior de prendas nacionales, que aún no muestran reacción a la mejora cambiaria».

Durante el acumulado enero-noviembre de 2018, las exportaciones de ropa totalizaron 20 millones de dólares, 35,3% por debajo del nivel de 2017″.

«Con estos valores, se estima que las exportaciones cerrarán 2018 en 22 millones de dólares, muy por debajo del nivel de 2012, cuando habían alcanzado 110 millones», estimó CIAI.

Por su parte, las importaciones de ropa cayeron 19,5% en noviembre de 2018 en relación mismo mes de 2017, mientras que si la medición se realiza en kilogramos, la contracción fue de 13,2%.

La reducción de las importaciones en el período está asociada a la mejora de 40,5% en el tipo de cambio real con China (país origen de más de la mitad de nuestras importaciones de ropa) entre diciembre de 2018 y mismo mes de 2017, indicó el informe.

Y añadió que en el acumulado enero noviembre de 2018, las importaciones fueron de 479,3 millones de dólares, por lo cual la balanza comercial del sector mostró un déficit de 459,3 millones de dólares.

La CIAI advirtió, además, que la demanda de ropa continúa en caída: en los 300 comercios minoristas relevados por CAME, las ventas de indumentaria y lencería se contrajeron 11,5% anual en diciembre de 2018; según el INDEC, en octubre las ventas de ropa en shoppings del Gran Buenos Aires cayeron 9,5% comparadas con mismo mes de 2017, mientras que en supermercados de todo el país se redujeron 11,5%.

«Estas caídas se relacionan con la reducción del poder de compra de los asalariados», señaló la entidad, que también alertó que la caída en la producción de ropa «provocó la pérdida de puestos de trabajo en blanco generados por nuestro sector».

Según los últimos datos disponibles en el Ministerio de Producción y Trabajo, entre el segundo trimestre de 2018 e igual período de 2017, se destruyeron 3.056 puestos, cifra que equivale a una reducción de 6,9% en el plantel del personal esta industria.

La situación en Rosario 

Dentro del contexto nacional, Rosario no es ajena a esta crisis en el sector. Elías Carranza, dueño de Sol Mujer, dijo a Rosario Nuestro que en la ciudad la caída en las ventas , “está alrededor del 15 por ciento” en cuanto al volumen y que esto se debe a la baja del poder adquisitivo. En ese sentido argumentó que, algunas ciudades cercanas a las fronteras, “han aumentado su volúmenes” en comparación con las ciudades que no tienen turismo internacional ni de compra de indumentaria.

Por otra parte indicó que los fabricantes locales, no están en su mejor momento, a pesar de la baja de ropa importada que había ingresando antes de la devaluación,según informó,  “ante esto tendría que haber aumentado la producción nacional, pero eso no sucedió por la notable baja en el consumo”.

Asimismo agregó que otro de los graves problemas que enfrenta el rubro es la interrupción en las cadenas de pago, por lo que, quienes no fabrican y tienen comercios a la calle, tuvieron un gran aumento de costos que se suma a la baja en las ventas.

“La baja de ventas no es tan grave, siempre y cuando los costos acompañen o sean estables, esta baja de unidades con este aumento sideral de los costos, es una combinación explosiva, por eso es más grave de lo que parece”, se lamentó. Y volvió a hablar sobre la ruptura en las cadenas de pagos: “Esto es bastante grave y lo ven los fabricantes, a quienes les están consumiendo menos, y encima, no les están pagando porque vienen los cheques de vuelta”

Para finalizar sostuvo que otro drama es la tasa de interés a lo que denominó como“un condimento” adicional a lo anterior. “Si a todo esto se suma que a la pyme no la dejan operar por cuestiones impositivas, y la falta de renovaciones de acuerdos y la tasa que llega al 80 por ciento, y encima no me descuentan cheques de mis clientes, creo que no hay más que decir, esto es terrible”. analizó.