lunes 13 de mayo del 2024

Drogas, abusos y engaños: perfil del detenido por el crimen de Estefanía

Los vecinos de la localidad bonaerense de José Mármol, donde anoche encontraron el cuerpo de Estefanía Bonome, no salen de la conmoción por el crimen. La detención del primo como principal sospechoso del hecho no cayó como un balde de agua fría, sino todo lo contrario.

Alejandra Castillo estuvo durante años secuestrada por su expareja -ella lo llama «mi captor»-, que la prostituyó, quiso matarla en más de una oportunidad y la llevó incluso al borde del suicidio. Hoy, después de una lucha larga por reconstruirse, ayuda a otras víctimas de violencia de género. Ella es una de las vecinas de esta familia y conoce al acusado prácticamente desde que nació.

«Es un chico muy conflictivo», sostuvo Alejandra en diálogo con TN.com.ar. Tuvo problemas con las drogas, una denuncia por abuso sexual y entró y salió de varios institutos de menores, según pudo reconstruir este sitio. «Creció en un hogar con padres ausentes», dijo la mujer, y añadió: «Lo criaron sus abuelos». Anoche, mientras cenaba, recibió el primer mensaje sobre el cuerpo que habían encontrado en el Pasaje San Joaquín y al principio no lo relacionó. Después, las piezas empezaron a encajar.

El primero que la contactó fue un integrante del operativo que trasladó el cuerpo, con quien ella había trabajado hace un tiempo. Más tarde pudo hablar también con otros vecinos y así supo que la última vez que habían visto a Estefanía, estaba jugando con otros chicos del barrio cerca de su casa. Desapareció de un momento para el otro. Se la llevaron engañada.

«Ella estaba jugando a la escondida y el primo le ofreció que subiera a la camioneta», dice Alejandra que le contaron allegados a la familia. Así logró que la chica se fuera con él y, de acuerdo a esos testimonios, el crimen habría ocurrido en el galpón donde guardaba la camioneta en la que después fue a descartar su cuerpo.

«Volvió a su casa, se cambió, se bañó y salió a buscarla con los demás», detalló asqueada por la frialdad del sospechoso. Pero mientras los demás seguían movilizados, él volvió por el vehículo y se dirigió al pasaje para deshacerse del cuerpo. «A las mujeres nos descartan como basura», sostiene Alejandra y se le quiebra la voz. Por Estefanía, por el recuerdo que todavía sigue en carne viva de Sheila Ayala, la nena asesinada en San Miguel. Por tantas otras que ya no están.

FUENTE: TN.COM.AR