El 11 de septiembre se celebra el Día del Maestro en conmemoración de la muerte de Domingo Faustino Sarmiento. Este año la fecha se inscribe, una vez más, en el contexto de la pandemia del coronavirus. Sin embargo, el 2021 les dio a los docentes la posibilidad de retomar el contacto cara a cara con los alumnos.
María Soledad Duque Victorica, maestra y directora de la primaria del Colegio Biró de Funes esperó el reencuentro con ansias. De todos modos, reconoce que el aislamiento desafió el paradigma de la educación y obligó a maestros, alumnos y familias a adaptarse a nuevas modalidades que llegaron para quedarse.
«La escuela es el espacio socializador por excelencia para todo niño y joven y la escuela sin ellos es un edificio vacío», aseguró al aire de una entrevista en el programa El Puente, que se emite por Radio Mitre Rosario.
Sin embargo, reconoció que «la pandemia nos demostró que podemos hacer escuela y educar con otras formas, pero nada reemplaza a la maravilla de estar con los otros, de aprender con los pares en el espacio de cercanía, la escucha, la mirada».
Más adelante, contó que la jornada del viernes, previa al Día del Maestro, en el colegio Biró se vivió como una fiesta, aunque con todos los cuidados necesarios que exige el marco sanitario.
«Los chicos necesitan estar con nosotros en el espacio de la escuela. Eso tiene que ver con la construcción de los hábitos, de rutinas de trabajo y del encuentro con los otros, que es lo más palpable que nos dejó la pandemia: la necesidad de estar con los otros», reflexionó.
«Somos una comunidad que empezamos este año, que tenemos espacios como para recibirlos a todos. Todos necesitábamos volver a esta hermosa rutina que tiene que ver con esto de lo que sucede cuando estamos juntos», apuntó acerca de la institución.
Por otra parte, la docente enfatizó en las implicancias de la extensa estadía de los chicos y adolescentes en los hogares durante la cuarentena. «Generó muchas ansiedades y desgaste en la organización familiar», aseveró.
Desafiar el paradigma
Sobre el final de la charla, Soledad analizó el paradigma educativo previo a la irrupción del covid y resaltó que algunos cambios repentinos se instalaron definitivamente en las aulas y en las configuraciones de los aprendizajes.
«Nuestra educación estaba un poco quieta. Este cimbronazo nos enseñó también que teníamos que aggiornarnos, que hacían falta transformaciones que vinieron muy de golpe pero vinieron para quedarse», cerró.
