Siete allanamientos, ocho personas detenidas, 147 kilos 800 gramos de cocaína incautada por un valor superior a los 75 millones de pesos, 120 mil dólares y 350 mil pesos secuestrados, y 30 vehículos de distribución incautados, son los números que arrojó el operativo desplegado en la capital de la provincia por el personal de la Unidad Investiga Nro. 1 de la PDI.
En conferencia de presan desde la capital provincial, el ministro de Seguridad Maximiliano Pullaro confirmó estos resultados y remarcó que el trabajo fue realizado en colaboración de la Fiscalía Federal Nro. 1 que comanda Jorge Gustavo Onel.
“Es la incautación más grande de drogas en los últimos años en la provincia de Santa Fe”, aseguró Pullaro. Después dijo que esta organización tenía más de 30 puntos de venta en la capital de la provincia, y también en otras localidades del país.
En ese sentido, el ministro aseguró que la organización contaba con una logística muy sofisticada y pocas veces vista, pero no estaña involucrada en actos de violencia. La banda era comandada por una mujer a la que apodan “La Curandera” que se encargada de abastecimiento de frogas en toda la ciudad de Santa Fe.
Entre los detenidos se encuentra un suboficial de la policía santafesina, el cual será exonerado de la fuerza y su participación fue informada a la Fiscalía Federal. El efectivo prestaba servicios en la Unidad Regional XV.
La organización contaba con un lugar de acopio en calle Los Ceibos 10400 donde se fraccionaban y compactaban las sustancias en una prensa para su posterior comercialización. Después el producto era guardado en autos dentro de cocheras en diferentes barrios de la ciudad capital.
En dicho lugar fueron secuestrados más de 20 panes de cocaína mas una seria de bolsas que todavía no habían sido compactados. “Eran lugares donde no hay grandes índices de violencia y delitos, por lo que no revestía preocupación por parte de los delincuentes”, explicó el ministro.
Dentro del hallazgo, también se secuestró en una vivienda del barrio Guadalupe, uno de los barrios más caros de la ciudad, y donde residía “La Curandera”, 120 mil dólares y 350 mil pesos.
