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martes 16 de abril del 2024

Debate en el Congreso: expuso Mariana Rodríguez Varela

Mariana Rodríguez Varela se hizo conocida por la campaña que inició en las redes sociales en contra de la legalización del aborto. Se la conoce como “la militante del bebito”, por usar pequeños muñecos de fetos. Este martes, expuso en el anexo de la Cámara de Diputados y expresó: “Un ser humano fruto de una violación y uno fruto del amor, no se diferencia en nada”, mientras mostraba dos imágenes de ecografías.

“Piden aborto por violación sin límite de tiempo. Imagínense a una madre que entra a hacer una ecografía fruto del amor, un niño soñado. Y atrás entra una chica por violación. El médico mezcla las dos: ¿pueden decirme cuál es fruto de una violación y cuál del amor? Es imposible, deberían hacer magia: es un ser humano”.

Rodríguez Varela citó a Karina Estrella: “¿Mi vida vale menos que la de alguno de ustedes por haber sido concebida en una violación?” y en aquel momento nadie se animó a levantar la mano. “Su vida vale oro, como la de todos nosotros”, afirmó. “Todos y cada uno de nosotros somos un tesoro, nuestras vidas valen y deben ser respetadas. Un niñito abortado a las 14 semanas sufrirá muchísimo. Un aborto a las 14 semanas es tortura”.

La mujer repartió varios muñecos de plástico, del tamaño de un feto, a los cuáles llama “bebitos”. En marzo, dialogó con Diario Clarín y señaló que el Código Penal existe y pauta lo que es delito. “Como deberían controlar el robo de autos cerrando los depósitos de auto partes, de la misma manera tendrían que luchar contra el aborto clandestino, eso salvaría vidas”. Rodríguez Varela pidió leyes para contener a las embarazadas y programas de protección del niño por nacer.

En su exposición en el Congreso, criticó el pedido de la legalidad del aborto hasta las 14 semanas. “Piden aborto hasta las 14 semanas. ¿Qué ocurre en esa etapa para que ese humano se transforme en persona? ¿Qué tiene en esa fecha que no tiene a las 12 semanas? Nada. A las 14 semanas los nervios ya están desarrollados, desde los pies hasta la columna y llega al cerebro”, señaló.

“El niño por nacer se transforma en 2018 en un esclavo. Su cuerpo tiene dueño que decide cómo empezar a mutilarlo. En un aborto, a las 12 semanas el niñito tiene huellas dactilares. Podríamos hacerle un DNI pequeñito para él. Es un ser humano como uno de nosotros. Siempre, ese ser humano que está creciendo es uno de nosotros”, finalizó.