Con lloviznas, con garúas, lluvias y tormentas fuertes, de cualquier forma, el agua se apoderó de Rosario hace ya dos semanas. Las nubes coparon el cielo de la ciudad y el sol sale muy a cuenta gotas, todo parece indicar que el inicio de año caluroso, con altas temperaturas invadiendo pleno otoño, está haciendo efectos en el clima.
La escena se va volviendo habitual: asfalto mojado y el agua que se esconde debajo de las baldosas. Las lluvias llegaron durante la madrugada en lo que había sido un domingo seco pero nublado. Esta jornada el cielo volvió a amanecer nublado y el Servicio Meteorológico Nacional anuncia probabilidad de lluvias y tormentas aisladas durante el día.
El termómetro marcó casi los 20 grados mientras que la humedad alcanzó el 96 por ciento. La visibilidad está muy reducida: es de apenas 4 kilólmetros. Por su parte los vientos corren del este a 13 kilómetros por hora. Para hoy, la máxima alcanzaría los 23 grados.
Según vaticinios de la entidad, la inestabilidad climática continuaría hasta el jueves. Habrá tormentas aisladas y algunas fuertes, a medida que vayan corriendo las horas en cada día. La humedad se mantendría por encima del 90 por ciento, así difícil que se seque la ropa…
