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jueves 25 de abril del 2024

Cuáles son los 10 hospitales mejor equipados en Argentina

Una empresa líder en proveer datos analíticos sobre el cuidado de la salud en Latinoamérica publicó el ranking de los mejores establecimientos en el país.

Global Health Intelligence, empresa líder en proveer datos analíticos sobre el cuidado de la salud en Latinoamérica— publicó en HospiRank, su ranking de los hospitales mejor equipados de Argentina en 2020.

El ranking completo de los hospitales argentinos consiste en 10 hospitales ordenados según 8 categorías diferentes:

  • Mejor equipados para recibir pacientes.
  • Destacada infraestructura para realizar una alta cantidad de procedimientos.
  • Mayor cantidad de equipos quirúrgicos básicos.
  • Mejor equipado para acomodar a los recién nacidos.
  • Mejor equipado para realizar diagnósticos primarios.
  • Mejor base instalada para tratar el cáncer.
  • Mejor equipado para imagenología diagnóstica avanzada.
  • Mejor equipado para pacientes de alto riesgo.

Los hospitales argentinos

Con el fin de reconocer a los hospitales mejor equipados de Argentina sin publicar libremente el reporte completo, Global Health Intelligence (GHI) ha analizado a los rankings para identificar a los hospitales argentinos que aparecen en 4 o más de las 8 categorías de HospiRank. Estos son:

  • Hospital Público Materno Infantil.
  • Hospital Italiano de Buenos Aires.
  • Hospital Universitario Austral.
  • Sanatorio Güemes.

La pandemia y el factor tiempo: ¿Aceleración o estancamiento?

Para el jefe de servicio de Psicología del Sanatorio Municipal Dr. Julio Méndez y coordinador de actividades asistenciales del hospital Borda Ricardo Antonowicz:(MN 11556) «no hay certezas sobre la definición de tiempo, no lo conocemos pero, sin embargo, lo usamos permanentemente, vivimos en él».

«En esta pandemia, para algunos el tiempo apremia, para otros el tiempo es oro y para otro grupo el tiempo no pasa. La realidad es que el tiempo nunca pasa sino que somos nosotros los que pasamos por el tiempo estableciendo un vínculo con él», aclaró.

«Podríamos decir que para la gente de la tercera edad, un año perdido tiene un valor muy distinto al que le asigna, por ejemplo, un preadolescente. Probablemente para el anciano el tiempo no pase mientras que al chico de 10 años no le alcancen las horas para hacer tanta tarea online«, comentó.

«La percepción del paso del tiempo depende de la experiencia y la historia personal, de las expectativas, de los proyectos y del tiempo que creemos que tenemos disponible para alcanzar las metas«, dijo.

«¿Es lo mismo un año perdido para alguien de 40 años que para alguien de 90?», se preguntó Antonowicz.

«Claramente no. La lentitud o rapidez con las que giran las agujas del reloj depende de si estamos ansiosos o deprimidos«, concluyó.