miercoles 15 de mayo del 2024

Cruce de los Andes, día 2: la aventura y el hombre

Julio Benítez, veterano de Malvinas y Jefe de infantería, relata su cuarta experiencia. Y relata la conexión que se da con la naturaleza en plena montaña.

El Cruce de Los Andes, que desde hace 27 años organiza y lleva adelante la Asociación Cultural Sanmartiniana “Cuna de la Bandera, un proyecto pedagógico, histórico y cultural, transita su segundo día.

“Es el cuarto cruce personal y el segundo como jefe de la columna de infantería. Toda, toda una serie de datos que se van sumando a los veintisiete años de la de la asociación”, expresó, al aire del programa El Puente, que se emite por Radio Mitre Rosario, Julio Benítez, veterano de Malvinas y Jefe de infantería.

Vale señalar que este segundo día del cruce, fue enmarcado básicamente por una lluvia de la noche anterior, “que fue no tan fuerte como la del domingo, pero que dejó el terreno un poquito más húmedo de lo que lo esperábamos. Y bueno, empezó el cruce, hoy empezó el cruce con todo. Arrancamos con infantería, aproximadamente 6.10”, sostuvo.

Respecto a su experiencia personal, expresó: “Tengo la sensación que la fecha que va del primer día de cruce, es decir de Uspallata a Picheuta, es el más duro, el más duro de terrenos, el más duro de pasar. Entonces, con ese primer inicio, arrancó infantería, y una hora y media después, por lo que estuve enterándome, arrancó la columna de caballería o lo que sería montado, con Claudia Silva a la cabeza”.

Vale señalar que más allá de recorrer la historia del histórico cruce de Los Andes, a cargo del Gral. San Martín, también aparecen sensaciones del orden de lo personal, casi de introspección.

“El cruce, como toda relación que una persona tiene con un paisaje, casi siempre aparece una especie de sensaciones que vos las vas viendo en las mismas personas. A medida que fue avanzando el día, el sol empezó a tener más altura, el cansancio empezó a pegar, y normalmente lo que pasa es que la gente se va metiendo adentro de su cabeza, empieza a dejar de charlar, de hablar entre ellos, y los empezás a ver más en posiciones físicas, incluso con la cabeza agachada, que sabes que están metidos en su cabeza”, relató Benítez.

“Si a eso le sumás el cansancio que se va dando, bueno, el momento final que recién llegamos, hace 15 minutos llegamos a Picheuta, y que justo nos habían adelantado la gente de montados, nos recibieron, las caras de alegría, la gente fue tremenda porque fue como que le dieron combustible al último momento, fue muy interesante”, concluyó.