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viernes 29 de marzo del 2024

Crónica de un debate anunciado

La Facultad de Ciencias Políticas fue el escenario hoy de un debate público entre ocho de los diez candidatos que encabezan las listas para la Cámara de Diputados de la Nación. La ausencia de Albor Cantard, el representante de Cambiemos, fue la más criticada. O mejor dicho, la única criticada: Amalia Granata ni siquiera fue mencionada. El debate fue tranquilo, por momentos casi llegó a ser apasionado. Pero las formas se mantuvieron por casi dos horas de intercambio sobre cuatro ejes: producción y trabajo, federalismo, género y diversidad, seguridad y narcotráfico.

La Universidad pública no es la televisión. Un debate público en la Universidad no es un debate a través de los canales abiertos de la ciudad. El aula 103 de Ciencias Políticas es un escenario institucional cercano a la neutralidad, o, por el contrario, donde confluyen las ideas de toda la sociedad. Pero sobre todo no es la tele: se palpan los silbidos y los aplausos, las tensiones y las expectativas. El público, en su mayoría jóvenes estudiantes, está ahí, marcando un termómetro. Están también los hashtags y las repercusiones. Pero el vivo, sobre todo con los candidatos más lejanos tan cerca, permite percibir la totalidad de lo que se dice. No hay nada como la experiencia de ser parte del contexto.

Franco Trovato Fuoco

La previa al debate en la Universidad estuvo colmada de abrazos y saludos entre todos, candidatos incluidos. Algunos recibieron a las cámaras de los medios, otros a militantes, otros charlaron entre ellos. Se los vio sentados en los canteros, riéndose, murmurando por lo bajo. El público también murmuró e intercambió miradas y sonrisas frente a la cercanía con caras que, en su mayoría y para las mayorías, suelen aparecer en los diarios, los carteles, la televisión. El interés y la curiosidad movilizó a cientos de jóvenes, muchos militantes, muchos no; también a docentes y público en general. El aula 103 estuvo llena. Las caras se asomaban desde las ventanas y los que no entraron, escucharon desde afuera, sentados en canastita, prestando atención, sumándose al silbido o aplauso correspondiente.

Franco Trovato Fuoco

Los ocho candidatos se sentaron uno al lado del otro, tal como un sorteo previo demandó que se acomoden: Agustín Rossi, Octavio Crivaro, Caren Tepp, Jorge Boasso, Diego Giuliano, Walter Ghione, Carlos Del Frade, Luis Contigiani. Todos llevaban consigo una buena cantidad de apuntes y una lapicera que no dejaron de usar para marcar, remarcar y escribir. Las reglas de debate eran claras y también los cuatro ejes de discusión, y también se conocen entre ellos. No hubo mucho lugar para lo impredecible, salvo por la presencia del pastor evangelista Walter Ghione que, en su gran mayoría, se llevó la atención, los murmullos, silbidos y respuestas del público.

El debate encontró algunos puntos en común: la ya mencionada ausencia de Cantard, que volvió más de una vez en los discursos; el caso de Santiago Maldonado y el rol de gendarmería; y el Congreso que se conformará con estas elecciones y que tendrá la responsabilidad de votar leyes nacionales fundamentales, como la de Presupuesto, reformas laborales, tributarias y previsionales. Pero además, la nacionalización del debate fue clara. Los ejes fueron primero entre las culpas o beneficios del kirchnerismo y del actual gobierno nacional; después se acercaron al socialismo, es decir, el oficialismo local; y después se llamó a pensar las alternativas.

En el eje de producción y trabajo, los trabajadores coincidieron en amplia mayoría con que el país atraviesa una crisis y que la salida está en el fortalecimiento de pequeñas y medianas empresas y las economías regionales. Todo salvo para Jorge Boasso, que aseguró que, según percibe en los recorridos por la provincia, la crisis no es tal y que, por el contrario, el escenario es similar a los crecimiento que marca el Indec.

La discusión sobre federalismo también estuvo centralizada, con grises, claro está, en el presupuesto, los fondos de coparticipación y la deuda de nación con la provincia. También se mencionó la importancia de la descentralización de los poderes. Pero el eje también se puso en qué se hizo y qué no durante el kirchnerismo y el gobierno de Cambiemos.

Las últimas temáticas de discusión fueron las más intensas. “Género y diversidad”, sobre todo. La expectativa del público se sintió con fuerza y es dónde más aplausos, silbidos y réplicas se escucharon. Algunos candidatos se jugaron con declaraciones. Caren Tepp, Carlos Del Frade y Octavio Crivaro marcaron la cancha apostando al aborto seguro, legal y gratuito. Walter Ghione, por su parte, diferenció libertad de “asesinar hijos no nacidos”, entre otras cosas. El candidato, sin embargo, aceptó su lugar en el debate y comenzó su ponencia sonriendo e invitando a que lo silben.

“Seguridad y Narcotráfico” también tuvo lo suyo. Santiago Maldonado, los casos de gatillo fácil en la provincia, los altos índices de homicidios y las bandas narcos dieron para hablar, inculparse y expulsarse. La diferencia estuvo en las declaraciones de Rossi que cerró anunciando su postura a favor de la despenalización del consumo, autocultivo y tenencia personal de cannabis. Caren Tepp también fue en ese sentido.

El cierre del debate se asemejó al comienzo. Fue con aplausos – hasta para Boasso, cuya entrada fue en silencio total – y agradecimientos entre sí. El respeto, la posibilidad de intercambio, el rol de la Universidad fomentando los debates, estuvieron en los discursos de cierre. Después, volvieron los abrazos y los saludos: entre candidatos, con militantes, con autoridades. No hubo como el contexto para entender lo que vino después: el hashtag, las redes que explotaron, las repercusiones que seguirán con los días.