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jueves 25 de abril del 2024

Creyó que su beba había nacido muerta, pero en la morgue descubrió que estaba viva

El caso se conoció en 2012. Luz Milagros luchó hasta el final para sobrevivir.

Analía Bouquet vivió en carne propia lo inimaginable. Su hija, Luz Milagros, nació el 3 de abril de 2012 en una clínica de Chaco. Los médicos le dijeron que había llegado al mundo sin vida, pero cuando fue a la morgue descubrió que seguí viva. Creyó que estaba loca. Sin embargo, el destino le había dado la posibilidad de tener a su hija un tiempo más a su lado. Después, la lucha marcó su camino. El caso de Luz conmovió a toda la Argentina.

«Hicieron todo mal desde el principio», contó Analía al sitio Infobae siete años después del día que nació su beba. Ella tenía una afección del embarazo llamada placenta previa oclusiva total, por la que debía dar a luz sí o sí por cesárea. «Me hicieron tacto varias veces, por más que yo les decía que miraran mi historia clínica y no lo hicieran. En uno de los tactos siento que me rompen la bolsa. Le avisé a la doctora y me contestó que estaba equivocada, que me había hecho pis. ¿Cómo iba a estar equivocada? Yo sabía lo que era romper bolsa, si ya tenía cuatro hijos», relató.

«Me hicieron un monitoreo, dijeron que no sentían los latidos y me llevaron de urgencia a la sala de partos. Mientras monitoreaban, me preguntaron cuántos hijos tenía, y les contesté ‘cuatro’. La respuesta fue ‘Ahhh, bueno’, como quien dice ‘ya tenés un montón, uno más, uno menos…'», continuó y reveló que finalmente tuvo un parto natural. Entre el dolor y la desesperación escuchó frases desgarradoras ‘Dejá que lo expulse sola’, escuchaba que murmuraban. «Yo tenía un cansancio terrible, vomitaba algo verde, quería ayudar a nacer a mi hija pero me era imposible», expresó.

«Me preguntó: ‘Mamita, ¿quién va a anotar a tu beba? Así que yo le dije que buscara al papá afuera y sentí alivio, pensé que estaba todo bien. Pero al rato volvió otra y me preguntó: ‘¿Vas a querer saber la causa de muerte de tu hija?'», profundizó la mamá que pese al paso del tiempo se mostró conmovida.

«Como a las 10 de la noche reaccioné y dije que quería ir a la morgue a despedirme de mi hija». Analía caminó lentamente por los pasillos del hospital, acompañada por su entonces marido, su hermano y su cuñada. «Sacaron el cajoncito de una cámara de refrigeración y lo pusieron sobre la mesada. Nadie quería ver, me pedían que no la viera para que no me quedara con esa imagen, pero yo quería despedirme», detalló Analía. Fue cuando la historia dio un giro inesperado.

El cajoncito de madera estaba cerrado. El hermano de la mujer y tío de la beba pudo finalmente abrirlo a la fuerza. «Cuando logró abrirla dio un paso para atrás, todos se alejaron. Luz estaba tapada con una tela vegetal, yo la fui corriendo como en cámara lenta. Primero le vi la manito miniatura y se la agarré. Después vi que tenía el cuerpito morado y se le había formado escarcha. Cuando le destapé la cara, me estaba mirando. Tenía los ojos brillantes y lloró, una especie de llanto de gatito», precisó.

«Pensé que me había vuelto loca. Volví a acercarme y Luz se estaba desperezando. Empecé a gritarle a la señora de la morgue ‘¿¡por qué se mueve?’, ¿¡por qué se mueve!? Y cuando todos se acercaron, Luz empezó a llorar. Caí arrodillada al piso, como rendida, no lo podía creer», confió sobre el momento que marcó un antes y después en su vida.

El tiempo pasó y Analía pudo llevar a su hija a su casa. Luz Milagros quedó con secuelas neurológicas y respiratoria irreversibles. Su madre movió cielo y tierra para conseguir mejorar la calidad de vida. La beba vivió como electrodependiente. En el medio, la mamá se separó del padre de la beba que un día se fue del hogar.

Luz Milagros murió el 23 de junio de 2013 en Rosario cuando, en un viaje familiar debió ser internada de urgencia. «La vestí y salí con ella en brazos hacia la morgue. Se me tiraron encima, como que estaba loca por lo que estaba haciendo. Pero para mí ya nada era una locura. La tuve en brazos todo el velorio, mi cabeza decía: ‘¿Y si a lo mejor se despierta otra vez?'», contó su mamá al citado medio.

Después de enterrar a la nena, con la paz de haberlo dado todo, Analía Bouquet llevó el caso a la Justicia. Junto a su exmarido demandaron por perjuicios y daño moral por mala praxis al Estado provincial del Chaco y las dos médicas que intervinieron en el parto. Sus cuatro hijos le dan la fuerza para seguir adelante, mientras espera que alguien se haga cargo de lo que pasó.