En contacto con Radio Mitre Rosario, el titular de la Secretaría de Control y Convivencia Ciudadana Guillermo Turrin, explicó que el aumento en los controles a bares y restaurantes es algo que el municipio viene realizando año tras año. Según el funcionario, se da tanto en el sector comercial como vial. En 2016 se hicieron 32 mil inspecciones y se cerró el 2017 con 35 mil inspecciones.
“Lo que sucede en los comercios rosarinos es que han bajado las faltas consideradas graves, por lo cual han disminuido las clausuras que son accesorias de una sanción”, indicó. Y añadió: “Esto habla bien de los comerciantes rosarinos, nosotros tenemos claro que hay cuestiones culturales que van más allá del control de Estado que si no están internalizadas no se cumplen lo que nos lleva a pensar que el comerciante rosarino con buen criterio comprende las cuestiones básicas e importantes de salubridad”.
En concordancia con lo antes dicho, Turrin afirmó que no tienen grandes inconvenientes tanto cuando se detecta alguna infracción, como en los controles de rutina. “Los incumplimientos que se mantienen son por ejemplo, la falta de libreta sanitaria y el permiso de mesas y silla que se renueva todos los años”, informó.
Por su parte, Carlos Mellano, vicepresidente de la Asociación Hotelero Gastronómica de Rosario, que días atrás había denunciado persecución por parte del Estado municipal con los controles al sector que representa, volvió a declarar.
Según el empresario, en la ciudad de Rosario existen 1700 locales gastronómicos y “no se incumplen” las normas de forma genérica. “Nosotros con la municipalidad trabajamos mucho con el tema de los protocolos y de las planillas que hay que cumplimentar cuando se hacen las inspecciones en los distintos locales. Lo que nosotros decimos es que hay ciertas ordenanzas y hay que cumplirlas, algunas son de mucha mayor responsabilidad”, expresó.
