La presión arterial si no se diagnostica y no se trata, puede generar complicaciones graves como infarto de corazón, accidente cerebrovascular o la necesidad de diálisis por daño real.
Los estudios que van a diagnosticarlo son simples y no molestan al paciente, consta en usar un tensiómetro en condiciones adecuadas y medir la presión arterial máxima o mínima.
El doctor Alejandro Deviggiano explica que puede darse “por la edad, problemas de obesidad, consumo excesivo de sal y alcohol, por consumir tabaco, falta de actividad física y uso prolongado de algunos medicamentos. Como también puede ser hereditario si tenemos padres o hermanos hipertensos”.
Tratamiento
Además de la medicación, podemos incluir a nuestra rutina diaria algunos hábitos que ayudan a controlarla:
- Como reducir el consumo de alimentos que posean mucha sal e intentar no usarla también en la mesa.
- Realizar actividad física que puede ser trotar, nadar, o andar en bicicleta al menos 30 minutos al día.
- Abandonar el mal hábito de fumar y de beber alcohol en exceso.
- Consumir en nuestras comidas frutas y verduras, se pueden incluir en recetas para aumentar su consumo.
- Si se tiene sobrepeso u obesidad, es importante visitar a un médico para realizar una dieta saludable y llegar a un peso adecuado.
La presión arterial y el estrés
Los aumentos en la presión arterial relacionados con el estrés pueden ser drásticos. Pero cuando el estrés desaparece, la presión arterial regresa a la normalidad. Sin embargo, incluso los picos frecuentes y temporales en la presión arterial pueden dañar los vasos sanguíneos, el corazón y los riñones de una manera similar a la presión arterial alta a largo plazo.
Existen muchas opciones para controlar el estrés. Por ejemplo:
- Hacer las cosas más importantes y dejar de lado las menos urgentes.
- Realizar respiraciones profundas y lentas puede ayudar a relajarse.
- Practicar ejercicio. La actividad física es una forma natural de combatir el estrés.
- Yoga y meditación. El yoga y la meditación fortalecen el cuerpo y ayudan a relajarse. Estas técnicas también pueden reducir la presión arterial.
- Llevar un buen descanso.
