Una lluvia de balas sacudió a Rosario en las últimas horas. Cinco atentados a tiros se registraron entre la noche del jueves y la madrugada del viernes. El más resonante fue contra una estación de servicios ubicada frente a la jefatura de Policía, en Ovidio Lagos y Gutiérrez. No hubo que lamentar heridos en ninguno de los hechos pero preocupa el grado de intimidación pública que impera en la ciudad.
El primer episodio ocurrió en una casa de calle Pasco al 7200 al anochecer donde un hombre de 41 años denunció que vio a dos jóvenes pasar en una moto en actitud sospechosa. Inmediatamente se refugió en su domicilio y escuchó ruidos. Al salir comprobó que habían sido tiros. En el lugar se encontró un cartucho intacto y al menos cinco vainas servidas calibre 9 milímetros en el suelo.
Un hecho similar sucedió en Pasaje Pirayu al 1200, en barrio Larrea, unas horas más tarde. Allí un hombre de 36 años escuchó desde adentro de su casa fuertes estruendos. Cuando salió vio varios impactos de bala en en frente del inmueble. La policía encontró cinco vainas servidas en la escena.
Intervino la Agencia de Investigación Criminal (AIC).
Otro suceso conmocionó a Empalme Graneros. En este caso se produjo una discusión entre vecinos que terminó con uno de ellos abriendo fuego contra la casa de una mujer de 56 años, la otra involucrada en la pelea. Los investigadores hallaron dos vainas servidas calibre 9 milímetros. Actuó la AIC.
Con todos, el ataque más resonante fue perpetrado en la estación de servicios YPF situada en Ovidio Lagos entre Gutiérrez y estaban de Luca, precisamente frente a la sede de la Unidad Regional II, alrededor de las 23.50. Los agentes de la jefatura oyeron los disparos y acudieron inmediatamente. Se trata del cuarto ataque a este tipo de establecimientos registrado en las últimas 48 horas.
