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viernes 26 de abril del 2024

Central se reforzó para pelear arriba, terminó muy abajo

Con el empate ante Estudiantes, finalizó una temporada pésima para un Central que, fundamentalmente en el mercado de pases de invierno de 2017 antes del inicio de la Superliga, invirtió una exorbitante suma que lo colocó entre los cinco clubes que más gastaron.

Sin embargo, el equipo, dirigido por Paolo Montero, Leo Fernández y José Chamot, estuvo lejos de justificar los casi 6,5 millones de dólares que se pagaron (sólo en concepto de compras de porcentajes o cargos de préstamos) en los refuerzos que llegaron en los dos recesos que hubo, previo al arranque del campeonato y en el párate veraniego.

El repaso es lapidario: finalizó el torneo en la 20ma colocación, haciendo que su promedio ya no esté tan holgado para la temporada próxima; a los tumbos alcanzó las semifinales de Copa Argentina donde quedó eliminado por Atlético Tucumán y rápidamente se despidió de la Copa Sudamericana en primera fase contra Sao Paulo y ni siquiera quedó cerca de clasificar a la próxima edición de dicho certamen internacional.

Central acaba de quedar eliminado de la Sudamericana en el Morumbí, otro objetivo que no se cumplió.

De acuerdo a los datos que pudo recavar Rosario Nuestro, los casi 6,5 millones de dólares que Central invirtió en sus incorporaciones, que lo ubican sólo por detrás de River, Independiente, Racing y Boca, se divide en:

Adquirió el ciento por ciento del pase de Fernando Zampedri y Leonardo Gil en 2,2 millones de dólares y 1,5 millones de la moneda estadounidense, respectivamente. También compró el 90 por ciento de Washington Camacho (ya tenía el diez por ciento) en 900 mil dólares. 

Por otra parte, se quedó con el 85 por ciento de Alfonso Parot, pagando 450 mil dólares y tras una larga negociación y por pedido expreso del por entonces DT, Montero, compró el 50 por ciento del pase del Ruso Rodríguez en 650 mil dólares. 

En cuanto a aquellos que llegaron a préstamo, los que tuvieron cargos fueron: Santiago Romero (rescindió a los seis meses) 400 mil dólares; Fernando Tobio 200 mil y Oscar Cabezas 100 mil. Además, llegó Marcelo Otiz cedido por Boca Unidos, sin cargo y Néstor Ortigoza arribó este verano en condición de libre tras su paso por Olimpia de Paraguay.

Varios gastaron mucho menos, pero sí consiguieron objetivos

Godoy Cruz, Huracán, Talleres de Córdoba, Defensa y Justicia, Unión y Colón hicieron campañas mucho más destacadas que la de Central, sin la necesidad de hacer erogaciones tan grandes de dinero. En la mayoría de los casos, agudizando el ingenio para reforzarse.

De esta lista, el que más gastó fue el Globo de Parque Patricios (clasificó a la Libertadores), que tras las ventas de Wanchope Ábila (al que tuvo los primeros seis meses de Superliga a préstamo) y Romero Gamarra salió al mercado puntualmente a buscar goleadores: en invierno contrató a Fernando Coniglio por dos millones de dólares y en el verano se quedó con la mitad del pase de Andrés Chávez a cambio de 1,6 millones. Haciendo esas dos inversiones, el Quemero trajo al resto de sus refuerzos a préstamo sin cargo o jugadores con el pase en su poder.

Andrés Chávez, una de las pocas compras del Huracán revelación de la Superliga.

Detrás de los de Parque Patricios llega Colón de Santa Fe, que en la última fecha venciendo a Racing en Avellaneda se metió en la Sudamericana 2019 e invirtió un total de 3.150.000 dólares entre las compras del 60 por ciento del lateral izquierdo Gonzalo Escobar (650 mil), el 50 por ciento del delantero Javier Correa (1,5) y la totalidad del pase del zaguero Jonathan Galván (un millón de dólares). El resto de sus contrataciones fueron a préstamo sin cargo o jugadores con el pase en su poder.

El ex Central Javier Correa, pagó con goles importantes, el gasto que hizo Colón por él.

Por su parte, Talleres, que en algún momento le peleó el campeonato a Boca, se terminó desinflando en la recta final aunque le alcanzó para redondear una muy buena campaña clasificando a la próxima Copa Sudamericana. En total gastó una cifra cercana a los 2,5 millones de dólares, fundamentalmente entre las compras del 70 por ciento del zurdo Lucas Olaza, de gran rendimiento, el juvenil defensor de River Facundo Medina y el punta venezolano Samuel Sosa.

Olaza, una de las compras de Talleres, le dio grandes réditos.

El subcampeón de la Superliga, Godoy Cruz, se reforzó con gran ingenio y con un costo bajísimo: la gran mayoría de sus incorporaciones fueron a préstamo sin cargo (como Jalil Elías que llegó de Newell’s) o jugadores libres. Su único «gasto» fue en la compra del 50 por ciento de Victorio Ramis a Talleres, a cambio de 750 mil dólares. 

El Tomba sumó a Jalil Elías, proveniente de Newell’s, a préstamo y sin cargo. El volante rindió de gran manera.

Los otros dos casos, son equipos que con recursos muy inferiores a los del club de Arroyito cumplieron con el objetivo de clasificar a la Sudamericana: Defensa y Justicia y Unión. 

Con respecto a los de Florencio Varela, sus refuerzos llegaron sin costo prácticamente ya que recurrieron a jugadores que se encontraban con el pase en su poder o consiguieron cesiones sin cargo. En cuanto al Tatengue, que por primera vez en su historia jugará un torneo internacional, su única compra fue la del 50 por ciento del volante uruguayo Diego Zabala en una cifra que oscilaría ente 500 y 600 mil dólares, pero su nivel lo justificó.