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jueves 28 de marzo del 2024

Beatriz Sarlo: «Me equivoqué con Cristina Kirchner y con Alberto Fernández”

La filósofa dejó varias apreciaciones sobre el gobierno actual. Opinó sobre el binomio presidencial y Axel Kicillof.

La filósofa Beatriz Sarlo sorprendió en las últimas horas con una serie de declaraciones sobre el gobierno actual. «Me equivoqué con Cristina Kirchner y con Alberto Fernández”, expresó Sarlo en una entrevista televisiva, en la que, además, opinó sobre la figura de Axel Kicillof y se pronunció a favor del impuesto a las grandes fortunas propuesto por Máximo Kirchner.

“Tengo que admitir que me equivoqué”, aseguró Sarlo sobre la fórmula presidencial en una charla con Osvaldo Bazán por TN y agregó: “Creí que era posible conformar a la dama (por Cristina) con menos de lo que tiene en este Gobierno y no fue posible; con menos gente nombrada, menos políticas que se impulsan…».

Más adelante, se eexplayó: “Yo tenía una fantasía equivocada, que ella se iba a convertir en una embajadora internacional de su propia ideología, como le gusta tanto la figuración y los vestidos… que podía aspirar a la Unasur; cometí ese error, no (creí) que se iba a quedar tejiendo en la casa y haciendo maldades. La realidad es que se quedó en la casa tejiendo en serio”.

En tanto, remarcó que “(Cristina Kirchner) lo quiere de socio (a Alberto Fernández) en este momento, con una carga simbólica muy fuertemente puesta en ella y con la factura del día a día político puesta en Alberto, pero con ministros puestos por ella que le responden; ese es el reparto de poder que se ha hecho”.

En cuanto al contexto de la pandemia y sus reverberaciones en la figura de la expresidenta, Sarlo precisó: “Por un lado (la pandemia) la favorece porque nadie se acuerda de que ella tiene un juicio oral en marcha por el cual puede ser comprobada su corrupción, eso ha pasado a segundo plano (por el coronavirus); por otro lado la perjudica, por el hecho de que no le da la capacidad de maniobra que podía tener en condiciones económicas, sociales y políticas más tranquilas”.

Por otra parte, la filósofa analizó a Axel Kicillof. “Su estilo puede no gustarme en absoluto, conserva algo de su pasaje como presidente del centro de estudiantes del Colegio Nacional de Buenos Aires, pero no tiene importancia si a mí me gusta, lo que tengo que hacer es reconocer que tiene un estilo. La mayor parte de la gente piensa que soy una vieja pedante, pero eso no me afecta. Soy de las mujeres de estilo rudo”, destacó con su particular tono.

Finalmente, la pensadora lanzó: «Me niego a pensar la historia como catástrofe. Sirve para hacer filosofía barata, aunque hay filósofos que son carísimos y suelen pensarla como catástrofe. Pero me parece que no sirve ni siquiera para encarar el presente” y ejemplificó con lo sucedido en 1985 cuando «hubo epidemia de fiebre amarilla, miles de muertos en la ciudad de Buenos Aires y eso no quitó un éxito económico, educativo y de consolidación nacional de esa presidencia”.