Lifschitz ha estado cuatro meses en silencio –en esta columna hasta lo hemos escrito- y ahora volvió para tomar la posta que le dejó la política y a la que la historia lo llama: ser el principal opositor del gobierno provincial. En ese lugar lo puso el pueblo, con sus casi 800 mil votos para la categoría de diputados, y el mismo Omar Perotti que lo eligió como su adversario para los próximos cuatro años. Reagruparse desde la trinchera para volver a la carga en el 2021.
En una entrevista exclusiva que me brindó, el ex gobernador habló del desgaste que generó el tratamiento de la Ley de Necesidad Pública, pero supo entender el momento histórico que se vive. “Creíamos que era una discusión entre dos locos que no se entendían, por eso ante la pandemia decidimos darle las herramientas que solicitaba Perotti, pero mostrando un rechazo a ese endeudamiento desmedido”, expresó el actual Presidente de la Cámara de Diputados provincial.
Llegaron a un límite en el cual no había más posibilidades para introducir modificaciones en el texto enviado por el Poder Ejecutivo, y para no poner más palos en la rueda decidió el Frente Progresista abstenerse en actitud madura para poner un punto final y empezar a trabajar en conjunto ante la crisis. Vemos cómo Horacio Rodríguez Larreta se junta con Alberto Fernández y Axel Kiciloff, y queremos los santafesinos ver ese trabajo transversal para los conflictos sanitarios que vive el mundo entero.
Pero, más allá que no quiso hablar de candidaturas hoy, no descartó de plano volver a participar él en futuras elecciones a nivel provincial y nacional. “La política tiene sorpresas, nadie imaginaba hace un año que Alberto (Fernández) hoy iba a ser Presidente, ni que Nestor Kirchner podría haber sido Presidente, pero igualmente pasó”, ejemplificó Lifschitz. Y vaya si es cierto.
Pero los carriles naturales del reparto de poder provincial hace que podamos imaginar un escenario con Lifschitz compitiendo para volver a comandar los hilos de la Casa Gris a partir del 2023. “Van tan solo 4 meses de gobierno de Perotti, es muy apresurado pensar en candidaturas. Hay que ver todavía cómo salimos de esta crisis”, amplió.
“Más allá de quien te habla, hay dirigentes jóvenes en el Frente Progresista que hoy tienen protagonismo. Pablo (Javkin) en Rosario, Jatón en Santa Fe, Enrique Estévez como diputado nacional, Popi (Joaquín) Blanco en la Legilatura, Verónica Irizar en el Concejo. Hay un cambio generacional que promete”, detalló el ex gobernador.
Desde ahora, y rompiendo el silencio, Lifschitz va a ser el principal vocero y referente de la oposición al gobierno del Partido Justicialista. Ya ha sabido el frente hacer fuerza desde afuera, sobre todo en los últimos dos gobiernos de Reutemann y Obeid, y es un papel en el cual se sienten cómodos. Y tal vez, desde la fortaleza ideológica que les impone el Partido Socialista, son tajantes en las posiciones y le traerá eso más de un dolor de cabeza al actual gobernador.
Lifschitz intentó por todas las vías conseguir la reforma de la Constitución, e insistió en la entrevista que “cuatro años es muy poco para ejecutar todas las políticas de gestión”. Pondera la reelección y seguramente será uno de los temas a charlar en materia política cuando pase este mal sueño que estamos atravesando. Y puso el foco dentro de la Cámara de Diputados como el eje de su espacio de poder, sin mencionar a las viejas filas del PS.
Se vienen nuevos tiempos, aunque en épocas de pandemia es difícil sacar el foco de las urgencias, ya hay estrategias trazadas y jugadores claros en la cancha. El futuro es incierto, pero analizando el presente podemos ir armando el rompecabezas. Mientras, aunque tenía pensado hacerlo el 1° de Mayo con la apertura de las sesiones ordinarias de la Legislatura, Lifschitz asumió su rol de líder de la oposición para no dejarlo más.
