El robo de los medidores de agua en distintos puntos de Rosario es una problemática que afecta cada vez más a los barrios de la ciudad. En ese sentido, desde Aguas Santafesinas confirmaron que el vandalismo de este estilo va en aumento, ya que a principios de este 2021 se registraba la sustracción de 30 artefactos por mes aproximadamente, mientras que ahora son 100 los faltantes cada 30 días.
Se trata de un hecho delictivo que deja sin agua a una determinada casa, lo cual es un problema ya que hasta que no se repone el medidor no hay servicio.
Guillermo Lanfranco, gerente de relaciones institucionales de Aguas Santafesinas, informó este viernes que se están robando alrededor de 100 medidores por mes, «cuando a principio de año había 20 o 30 por mes, hubo un crecimiento», indicó.
«Es algo que sucede con frecuencia: en el cajón donde están ubicados en la vía pública se produce el corte del suministro, porque el aparato es el que está en el camino del agua, al retirarlo se corta el servicio y se produce por lo general una laguna en la vereda», desarrolló le funcionario, en diálogo con el programa El Puente, que se emite por Radio Mitre Rosario.
«Lo que hacemos nosotros es reponerlo de forma inmediata», dijo.
Consultado qué se puede hacer con el medidor y para qué delincuentes lo sustraen, indicó que la práctica más común es vender el bronce que llevan estos dispositivos. «El aparato no se puede comercializar como medidor de agua porque sirve para eso nomás, la única aplicación que tiene es medir el caudal de agua en un diámetro muy determinado, o sea que solamente lo podría estar utilizando otro prestador de agua o una cooperativa y eso no sucede porque nadie compra elementos robados», explicó.
En la misma línea, aseguró que los ladrones funde el medidor, «le sacan un poco del bronce que tiene la carcaza -algunos tienen y otros no-» y lo comercializan.
«Así como en otros casos se roban los cables de la luz, los porteros de los edificas, las placas de los cementerios, el valor está dado por el metal que se lo venden a un fundidor que a su vez se lo vende a alguien que reutilice metal para hacer algún producto», ejemplificó.
Para combatir este delito, desde Aguas Santafesinas cementan el cajón donde va el medidor, y de esta forma, hacen más difícil su robo.
