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miercoles 24 de abril del 2024

Alika Kinan sobre la trata de personas: «Podes intentar ser feliz, pero no hay arreglo para eso»

Alika Kinan es la primera sobreviviente de trata con fines de explotación sexual en ganar un juicio contra el Estado. Fue víctima de prostitución por 16 años en la fría Tierra del Fuego y logró escapar en 2016 gracias a un allanamiento. Su historia la convirtió en activista contra el mercado sexual y fue distinguida como “heroína” en Estados Unidos por su lucha. Este miércoles llegó a la ciudad para participar del Programa de Capacitación Interdisciplinario sobre Violencia y en diálogo con El Puente por Radio Mitre Rosario aseguró que nunca va a recuperar todo lo que perdió por la problemática.

“La trata de personas es una de las formas de violencia más extrema”, encabezó Alika antes de recordar su historia. La mujer de 42 años fue captada por la red de trata en año 1996. Ante una difícil situación similar, se encargó de su hermana y necesitaba recursos económicos para subsistir. “Me llevaron a Tierra del Fuego con la promesa de un trabajo que iba a ganar mucho dinero, y terminé en explotación sexual”, detalló.

Los días pasaban y la tentadora propuesta con que la habían llevado se alejaba cada vez más, convirtiéndose en una tortura que ella comenzaba a naturalizar. Alika obtuvo una libreta sanitaria y el Estado comenzó a controlar su cuerpo y el de sus compañeras. Una denuncia radicada en Tucumán desembocó en un allanamiento al prostíbulo y fue rescatada. No obstante, antes de su liberación hubo otra falsa libertad que experimentó. Un cliente español prometió llevarla a Europa para ayudarla, pero también la prostituyó.

De regreso a Argentina, y con tres hijas, decidió contactarse con sus antiguos explotadores en busca de mejorar su economía una vez más. Tras el allanamiento, recuerda que fue a declarar y no se reconoció como víctima “porque no entendía lo que era la trata de personas”. “Para mí era secuestro, hoy entendemos perfectamente que es un agravante más del delito pero no lo constituye”, añadió.

“Bien, acá estoy”, comenta fresca sobre su presente pero no deja de recalcar que “nadie se recupera de la tortura”. A pesar de las indemnizaciones que una víctima puede recibir, nunca le van a volver los 16 años que perdió. “Me va a acompañar el resto de mi vida. No hay recuperación posible. Podes intentar vivir un poco mejor, intentar ser feliz, pero no hay arreglo para eso”, destacó.

En la actualidad, trabaja en la Universidad de San Martín donde armó un programa de estudios de investigación y capacitación en trata de personas. Este miércoles parte de esta iniciativa desemboca en Rosario para contribuir en la problemática desde la provincia. Antes de culminar, resaltó la buena relación con el Centro de Estudios de Políticas Públicas, donde esta tarde se llevará a cabo la primera clase del curso interdisciplinario sobre violencias.