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viernes 29 de marzo del 2024

Alertan por la calidad del cannabis  medicinal y aseguran que el 70% que circula no es eficaz

El diputado socialista Joaquín Blanco propone que el Estado sea quien elabore los aceites para producir un producto que cuente con la debida preparación y supervisión profesional.

El diputado provincial del Frente Progresista, Joaquín Blanco, difundió un análisis del laboratorio de Ciencias Bioquímicas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) que revela que el 70 por ciento del aceite de cannabis que circula tiene una dosis menor a lo que necesitan los pacientes, tornando dudosos los efectos terapéuticos deseados.

El legislador propone que el Laboratorio Industrial Farmacéutico (LIF) de Santa Fe se convierta en productor de aceite de cannabis de calidad para todo el país.

En dialogo con Andrés Cánepa en Radio Mitre Rosario aseguró que Santa Fe está lista para producir un producto que cuente con la debida preparación y supervisión profesional, pero por demoras de Nación, no se puede ni importar la materia prima ni producirla en el país.

Del mismo modo manifestó que creció notablemente la demanda de este producto para fines medicinales ya que cada vez hay más pacientes que buscan en este método un alivio para su salud. Según refirió Blanco en Argentina la única autorización de uso de cannabis medicinal es para la epilepsia refractaria que la medicina tradicional no puede tratar.

Lo que sucede es que existe un mercado informal de cannabis que se está utilizando para otro tipo de patologías muy diversas. Y esto no cuenta con regulación ni control de calidad por una organización competente. “Esta situación es particularmente grave porque se trabaja en un mercado informal con gente que lo hace de muy buena voluntad, pero también aparecen chantas que quieren lucrar esto con productos donde no se puede comprobar su trazabilidad”, añadió el legislador provincial.

Para Blanco es el Estado quien debe intervenir en estos procesos a través de laboratorios públicos para garantizar que este tipo de medicinas tengan la calidad necesaria y que esto quede en manos de las multinacionales como un gran negocio o librado a la suerte de cada una de las familias que necesitan del medicamento en el mercado informal.