23°
martes 19 de marzo del 2024

Airbnb, el Uber inmobiliario que mantiene en alerta al sector hotelero rosarino

El boom de internet propició una apertura a innumerables opciones para conseguir tanto pasajes como hospedajes súper económicos, con un nivel de referencias jamás visto.

Por Ignacio Pellizzón

Cualquier persona menor de 40 años sabe que puede armar su viaje a gusto y piacere, evitando cualquier tipo de combo o paquete que le quieran ofrecer. El boom de internet propició una apertura a innumerables opciones para conseguir tanto pasajes como hospedajes súper económicos, con un nivel de referencias jamás visto. Todo esto sin moverse de su casa y utilizando solamente un celular o una computadora. Airbnb, es la página favorita en la búsqueda y armado del viaje.

La situación no es para nada simpática y mucho menos cuando la crisis económica empieza a socavar los cimientos de los alojamientos rosarinos de 2 y 3 estrellas, que no están logrando resistir los embates de la caída del mercado junto con las asfixiantes cargas tributarias que deben afrontar, mientras diferentes propietarios recurren al portal Airbnb para ofrecer hospedaje a turistas nacionales como extranjeros a precios viles y sin ningún peso impositivo.

Para entender. Airbnb es una empresa que ofrece una plataforma de software dedicada a la oferta de alojamientos a particulares y turísticos mediante la cual los anfitriones pueden publicitar y contratar el arriendo de sus propiedades con sus huéspedes; anfitriones y huéspedes pueden valorarse mutuamente, como referencia para futuros usuarios. El nombre es un acrónimo de airbed and breakfast.1 Airbnb tiene una oferta de unas 2 millones propiedades en 192 países y 33 mil ciudades. Desde su creación en noviembre de 2008 hasta junio de 2012 se realizaron 10 millones de reservas.

Del mismo modo que Pedidos Ya, Rappi y Glovo son una amenaza para las empresas de cadetería, que encuentran su negocio redituable a través de la precarización de los trabajadores, eliminando todos los intermediarios y generando una conexión entre la oferta y la demanda mediante una aplicación, o como sucede con Uber y Cabify que trabajan gambeteando la legislación preexistente, evitando la carga impositiva, lo mismo sucede con Airbnb en el mercado inmobiliario.

Básicamente cualquier persona puede ofrecer su habitación, departamento, casa, quinta, entre otros; subirla a Airbnb con monto y fechas disponibles y ya está lanzando en el mercado internacional del alojamiento. Es decir, cualquier turista que quiera visitar Rosario puede encontrar, a través del portal, la nueva oferta de hospedaje que se acaba de proponer.

Rosario en alerta y lucha

El último informe realizado por la Cámara Hotelera local (Aehgar) al que accedió Rosario Nuestro, es preocupante. Según indican, “en los primeros seis meses de este año se notaron bajas importantes en los hoteles de menor categoría, es decir, menor a 2 estrellas”. “Desde hace un año que se detectan caídas todos los meses y, en promedio interanual, se relevó una caída del orden del 10%”.

Desde la Cámara entienden que es un fiel reflejo de la crisis económica, los tarifazos, la imposibilidad de ofrecer promociones y la competencia desleal que se viene dando con Airbnb. “Inclusive, los hospedajes de mayor categoría de 4 estrellas en adelante, sólo se sostienen por los diferentes congresos y eventos deportivos -como el mundial de Rugby- que se realizan en la ciudad, porque en el primer semestre apenas superaron el 50% de su capacidad”, explicaron.

Los alojamientos en Rosario, hoy en día, “compiten con el marco informal como Airbnb” que son establecimientos que “no están registrados como hospedajes, como departamentos, casas, entre otros; no está regularizado”. “Es similar a lo que pasa con Rappi, Glovo, porque no están alcanzados por la legislación vigente y se detecta una competencia desleal. Es una oferta informal”, afirman en Aehgar.

Y apuntan que esto “está creciendo mucho en Rosario”. “Esto existe y hay que hacer algo para que se regule, porque los hoteles regulados pagan impuestos, es decir que la carga fiscal suele hacer la rentabilidad hacia la baja, y solamente los que tienen espalda pueden sostenerlo, pero los de mediana y baja no”, subrayaron.

Prohibido prohibir

Hace dos meses se realizó en la ciudad de Barcelona la II Reunión del Movimiento Reform BnB, un encuentro internacional en el que las principales entidades hoteleras del mundo armaron un frente común para avanzar contra los graves perjuicios que ocasiona el alojamiento turístico informal.

Uno de los referentes de la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina (Fehgra), Paulo Lunzevich, quien participó del simposio, contó a Rosario Nuestro que “no se busca que sea prohibitivo, sino que se haga sobre un esquema de trabajo equitativo para todos los actores”. “Un registro obligatorio con requisitos básicos y que esto sea parte de la publicidad que se haga, para la difusión, que todos paguen los impuestos según nivel, categoría, trabajadores y facturación, que se cumplan medidas de seguridad”.

En el mundo pregonan que la modalidad alquiler temporario exista en un registro. “Necesitamos que se revisen las exigencias entre los reguladores en comparación con los temporales, porque hay una competencia desigual y es necesario que se minimice la exigencia”, agregó.

“La característica de Airbnb es que se centra en los espacios con mayor desarrollo turísticos como Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Mendoza y en ciudades específicas como Capital Federal, Córdoba, Carlos Paz, Mar del Plata, Bariloche, Rosario, que son las más demandadas”, aseguró Lunzevich.

Se entiende que no es sencillo adaptar las nuevas plataformas, pero se trata de incorporarlas con “algunas exigencias”. Las provincias son las que categorizan y clasifican los alojamientos, mientras que algunas delegan en las ciudades las autoridades de aplicación.

En lugares del mundo “ya hay registros y hay sanciones muy duras”, afirmó el referente de Fehgra y añadió: “La realidad concreta es que es una tarea compleja porque la jurisdicción de la nube dificulta la situación. El drama se da entre el propietario y el intermediario que comercializa, porque hay un cruce de ámbitos de aplicación dificultosos de aplicar”.

El mundo se está planteando cómo afrontar las nuevas formas de consumo de bienes y servicios que irrumpieron abruptamente en el status quo de los diferentes mercados y sectores.

Rosario no está exenta a este enfrentamiento como ya hemos visto con Uber y Cabify. El desafío imperante es: aceptar y regular o reinventarse para competir al mismo nivel.

Lo que sí está claro es que la legislación vigente está quedando vetusta y hace falta rediscutir los límites impuestos en todos los sectores y adecuarse a las nuevas formas de consumo, que de seguro no cambiarán en el mediano plazo.