Desde hace varios años, la judoca Paula Pareto ha predicado con el ejemplo. Primero en su disciplina y fuerza de voluntad dentro de su deporte, lo que lo llevó a ser de las más destacadas en este arte marcial durante más de una década y consagrarse como campeona olímpica en Río 2016 (también obtuvo una medalla de bronce en Beijing 2008).
Pero claro, también lo es fuera del tatami donde abraza con fuerza su otra vocación en el área de la salud, tan valorada en estos tiempos frente a la gran labor que llevan a cabo para combatir el coronavirus.
La Peque regresó al país el pasado 11 de marzo desde Rusia, donde no pudo competir en el Grand Slam de Ekaterimburgo, que hubiese arcado su retorno a la actividad tras la operación en sus cervicales, ya que el certaemn se suspendió por causa del avance del COVID-19. Una vez en suelo nacional, comenzó su aislamiento preventivo.
Este miércoles, Pareto anunció en su cuenta de Instagram que tras cumplir la cuarentena regresó a su trabajo en el Hospital San Isidro. «Si bien los médicos traumatologos no estamos hoy en el frente de batalla directo, somos igual parte del equipo de salud que enfrenta antes que nadie a esta pandemia y que ayudaremos a donde sea necesario», escribió la atleta argentina.
También se refirió a la postergación de los Juegos Olímpicos de Tokio, que se disputarán en 2021: «Es una decisión muy adecuada, tomando la salud de todos como el único foco a concentrarnos».
«A la batalla una vez mas, algunos desde su casa, nosotros en un hospital, pero siempre unidos en equipo por la misma causa. Nosotros podemos!», cerró su mensaje la Peque.
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