Este 25 de junio no se trata de una fecha más para el fútbol albiceleste. Exactamente 40 años atrás, la Selección conseguía la primera Copa del Mundo, venciendo en la final 3-1 a Holanda en el estadio Monumental.
Aquel Mundial que se disputó en el país, en los tiempos más oscuros de la historia argentina, tuvo como principal abanderado de la gesta a Mario Alberto Kempes, y a César Luis Menotti como el «padre de la criatura».
El Flaco rosarino llegó tras la decepción de Alemania 1974 y logró revolucionar los conceptos tácticos y sobretodo técnicos que se manejaban para la época. Su equipo logró una gran identidad asociada al juego asociado con gran respeto por la pelota.
¿Cómo fue el camino hasta el título?
Argentina debutó un 2 de junio en cancha de River y venció 2-1 a Hungría con goles de Leopoldo Luque y Daniel Bertoni. En la segunda fecha se impuso por el mismo marcador a Francia con tantos de Daniel Passarella de penal y Luque. La caída 1-0 contra Italia en la jornada final mandaron a la Selección a Rosario.
El Gigante de Arroyito albergó a la Albiceleste en la segunda fase: fue triunfo 2-0 contra Polonia con un doblete de Kempes; luego una igualdad 0-0 ante Brasil para cerrar con el siempre recordado 6-0 a Perú, necesitando una diferencia de cuatro goles para eliminar a la Verdeamarela. El Matador en dos ocasiones, Luque también con un doblete, Alberto Tarantini y René Houseman lograron el milagro.
El día de la consagración
La final se jugó el 25 de junio de 1978 en el estadio Monumental de Nuñez. El equipo de Menotti formó con: Ubaldo Fillol; Jorge Olguín, Luis Galván, Daniel Passarella y Alberto Tarantini; Osvaldo Ardiles, Américo Gallego y Mario Kempes; Daniel Bertoni, Leopoldo Luque y Alberto Ortiz.
A los 38 minutos, Kempes puso en ventaja a Argentina, pero faltando ocho para el final, Dick Nanninga puso la igualdad para Holanda, que tuvo el triunfo sobre el cierre de los 90 reglamentarios con un tiro que terminó dando el palo.
Ya en el tiempo extra, el elenco nacional logró los dos tantos que le dieron tranquilidad: primero a través de una nueva arremetida a pura potencia del Matador y luego el definitivo 3-1 por intermedio de Bertoni para que Argentina sea campeón del mundo por primera vez en su historia.
